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"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

domingo, 3 de abril de 2011

Capítulo III: Instinto. (Parte 2)

— No quiero que vuelvas a acercarte a ninguno de esos dos salvajes, ¿me has entendido, Victoria?
           
Yo asentí con la cabeza, pero en realidad no estaba escuchando lo que mi tía me estaba diciendo. Todavía no podía creer que la situación hubiese podido llegar a esos extremos. Claro que, tampoco había presenciado una pelea antes.
           
 — Ese Hans es una bestia que está por domesticar. De hecho, no sería muy descabellado ponerle un bozal. Así por lo menos no tendríamos que aguantar sus gilipolleces…
           
— ¡Úrsula! — traté de reprenderla.
           
— … Y luego está el imbécil de Leonard. Sabe perfectamente que el alemán le tiene ganas, y, en vez de pasar de él, como haría una persona normal, decide provocarlo. Meterse en la boca del lobo. ¡Dios! Si los tontos fuesen barcos ese chico sería la Armada Invencible
           
No volví a pronunciar ni una sola palabra durante el resto del trayecto. Dejé que mi tía despotricara acerca de lo inútiles que eran los hombres, en especial Marty, que, a su juicio, no había hecho nada para evitar la pelea. Sin embargo, mi tío poco podría haber hecho contra esos dos animales enfurecidos… Porque más que personas, habían parecido dos leones enzarzados en un combate por la supervivencia…
           
Y luego estaba Tom, cuya intervención había sido decisiva, pero con la que mi tía tampoco estaba de acuerdo.
           
— Ese chico y tú os habéis comportado como unos inconscientes. No me esperaba esto de ninguno de los dos, Vicky.
           
Pero ni Tom ni yo habíamos tenido otra opción, más que actuar…
           
— ¡Si vuelves a acercarte a mi hermana, te juro por Dios que te arrancaré las entrañas de cuajo, y te las meteré por el culo, hijo de puta! — le había dicho Hans a Leonard, justo antes de asestarle un fuerte puñetazo en la nariz.

La fuerza del impacto lanzó al pelirrojo contra el suelo, arrastrando consigo unas cuantas sillas y mesas.
           
— ¡Cabrón! — se oyó el grito de Leonard, acompañado por un ensordecedor alarido de dolor. Era más que probable que el alemán le hubiera roto la nariz.
           
Hans soltó una carcajada siniestra, antes de acercarse hacia el cantante dando grandes zancadas. Yo observaba la escena desde un rincón, con el corazón en un puño.
           
— Ya no te ríes tanto, ¿verdad, pedazo de mierda?
           
El cantante se retorcía de dolor, tirado en el suelo del local. Sangraba profusamente por la nariz, que se sostenía fuertemente con las manos. Aquel animal estaba a punto de darle una fuerte patada en el estómago justo en aquel momento, sin que nadie fuera a hacer nada para evitarlo.
           
— ¡Tía, tenemos que hacer algo! — le dije con tono apremiante.

— Sí — coincidió ella —. Tenemos que irnos a casa. Ya.

Yo apreté las manos con fuerza, tratando inútilmente de calmar mis nervios. Tenía que tranquilizarme y canalizar mis energías para algo más productivo que ponerme a discutir con mi tía. Tenía que ayudar a Leonard.
           
— ¡Victoria! — me llamó mi tía — ¡¿Se puede saber que estás haciendo?!
           
No le respondí. Me limité a abrirme paso entre el gentío de clientes que observaban la pelea con una curiosidad que rallaba lo enfermizo. En aquellos momentos ni siquiera era consciente de lo que hacía, simplemente estaba siguiendo un impulso de mi corazón. Porque mi conciencia no me permitía quedarme de brazos cruzados mientras linchaban a un amigo de mi tío.
           
— No te atrevas a tocarlo.

Aquellas palabras habían salido de mis labios, sin que mi sentido común hubiese podido hacer nada para acallarlas. El local enteró enmudeció de repente y clavó su mirada en mí. Seguramente estaban preguntándose qué hacía una chica como yo enfrentándose a un hombre como aquél.
           
Sin embargo, fue la corrosiva mirada con la que me recorrió el rubio lo que me dejó petrificada. El corazón me latía deprisa, notaba la sangre corriendo por mis venas a una velocidad frenética. Me faltaba el aire, me sudaban las palmas de las manos… Y no obstante, no me moví del sitio. Ni dejé de desafiar al alemán con la mirada.
           
No sabía de dónde había salido aquel arranque de valentía, o de estupidez, según se miré, pero traté de exprimirlo al máximo. Tal vez habían sido los años de aguantar los insultos y la indiferencia de mis compañeros de clase lo que había provocado que mi espíritu se rebelara contra aquella violencia injustificada. O tal vez había llegado el momento de dejar de ser una sombra gris en medio de una multitud enferma, ignorante y decadente.
           
— Quítate de en medio, niña estúpida, sino quieres que…
           
— ¿Sino quiere qué? — oí que decía la voz desafiante de Tom a mi espalda —. No te atrevas a tocarla, Hans, o te juro que te arrepentirás.
           
El rubio se quedó mirándolo con una mueca divertida en su rostro, pero no tardó en desviar su mirada hacia mí de nuevo.
           
— Vaya, vaya, pricesita. ¿Qué le has dado a este cowboy del tres al cuarto para que se ponga tan farruco? Debes de ser muy buena en la cama…
           
Aquella simple insinuación de que me había acostado con Tom hizo que me ardiera la cara con una extraña mezcla de furia y vergüenza. ¡¿Cómo se atrevía?! Me entraron ganas de darle una buena patada en la entrepierna, pero Tom se me adelantó. Salvó de una zancada la distancia que lo separaba del alemán y le dio un puñetazo en la nariz, igual que el rubio le había hecho antes a su amigo.
           
— Será mejor que te largues de aquí de una puta vez, colega. Ya no eres bien recibido en este local — le soltó Tom, con el rostro transfigurado por una profunda mueca de odio.
           
El alemán yacía ahora en el suelo, en la misma postura que antes había adoptado el pelirrojo. Era una escena macabramente cómica.
           
Marty apareció en ese momento en mi campo de visión. Estaba ayudando a Leonard a ponerse en pie. El pelirrojo llevaba la camisa y la chaqueta empapadas de sangre. Su nariz no presentaba un aspecto demasiado prometedor…
           
— Voy a llevar a Leonard al hospital — le anunció a Úrsula, que estaba temblando como una hoja, con una mueca entre furiosa e incrédula.
           
— Muy bien. Victoria y yo nos vamos a casa ya. Te esperaremos allí. No tardes.
           
Marty asintió con la cabeza y se dirigió a la salida del local con Leonard de remolque. Cuando pasaron por mi lado, el pelirrojo se quedó mirándome fijamente y me dijo, muy seriamente:
           
— Tía, los tienes bien puestos, eso tengo que reconocértelo. Pero déjame darte un consejo: no vuelvas a acercarte nunca a Hans. Ese tío sería capaz de destriparte sólo con que lo miraras mal.
           
Tras esto, me guiñó un ojo y salió del local, acompañado por mi tío.
           
— Eres un cabrón, Tom — oí que le estaba diciendo el alemán a mi nuevo amigo. Ya se había levantado del suelo, pero se sujetaba la nariz como si estuviera sufriendo el dolor más terrible del mundo —. Siempre supe que no podía confiar en ti.
           
— Me importa una mierda lo que pienses sobre mí, Hans. Sólo quiero que te largues, y que no vuelvas nunca más por aquí.
           
Así que su ira no había disminuido un ápice…
           
— Tranquilo — replicó el alemán con sorna —. No lo haré.
           
Y tras echarnos a mí y a Tom una mirada asesina, salió del local, por la misma puerta que lo habían hecho momentos antes Leonard y Marty.
           
— ¿Estás bien, Vicky? — me preguntó Tom preocupado, al tiempo que se acercaba de nuevo hacia mí.
           
— Está perfectamente bien — respondió por mí mi tía Úrsula, que venía hacia nosotros como un huracán embravecido.
           
— Tía Úrsula…
           
— Nos vamos a casa — me cortó, antes de que pudiera protestar —. No quiero ni pensar qué más disparates podrías hacer si nos quedamos aquí por más tiempo.
           
— Pero tía Úrsula, yo…
           
— Victoria, si te traje aquí fue porque quería que te alejaras durante una temporada de la loca de tu madre, no para que hicieras más locuras en su ausencia. ¡Y a ti no se te ocurre otra cosa mejor que hacer, que tratar de mediar en una pelea entre dos descerebrados!
           
— Úrsula — intervino entonces Tom —. Tampoco te pongas así con Vicky. Ella sólo intentaba ayudar.
           
— Tú haz el favor de callarte, Tom. Siempre había creído que tú eras el único “normal” en ese grupo de chalados, pero hoy me has demostrado que eres tan inmaduro e irresponsable como los demás.
           
— Úrsula, tampoco exageres — protestó él —. Tú sabes que estas peleas aquí están a la orden del día.
           
Mi tía lo fulminó con la mirada, antes de cogerme con fuerza de la mano y arrastrarme a la salida del local. A duras penas pude darme la vuelta y despedirme de mi nuevo amigo con la mano. Él me guiñó un ojo en respuesta. ¿Acaso era ese gesto una especie de contraseña en aquella extraña pandilla?
           
En cuanto llegamos a casa me fui a dormir. No quería seguir oyendo las quejas ni los reproches de mi tía. Ya había tenido suficiente durante el trayecto en coche.
           
— Buenas noches, tía — me despedí, antes de irme a mi cuarto.
           
— Buenas noches — replicó con voz cortante.
           
Cerré la puerta de mi habitación y saqué el pijama de mi maleta. Me di cuenta entonces de que aquélla sería la primera noche que dormiría en mi nueva habitación. La primera noche que pasaría en un país que no era el mío. La primera vez que estaría lejos de mi casa y de mis padres y mi hermana.
           
Por un lado eso me hacía sentirme liberada, y profundamente feliz. Pero por otro, tenía mucho miedo. Si mi primera noche allí ya me había visto involucrada en una pelea en el bar de mis tíos, ¿qué podría ser lo siguiente?
           
Mientras me cambiaba de ropa, oí cómo se abría la puerta de la calle. Marty había llegado.
           
— Hola, cariño — oí que saludaba a Úrsula.
           
— Hola, Marty — replicó ella cortante.
           
— Leonard está bien, gracias a Dios, le han…
           
— Me alegro por él — lo interrumpió mi tía, justo antes de encerrarse en su habitación dando un fuerte portazo.
           
No volví a oírlos hablar en toda la noche.

           
El timbre de la puerta me despertó de golpe a la mañana siguiente. Lo cierto es que no había dormido casi nada por culpa de la diferencia horaria entre Estados Unidos y España, y estaba terriblemente cansada. Esperé a que Marty o Úrsula abrieran la puerta, pero no lo hicieron y el timbre volvió a sonar. Seguramente se habrían ido a trabajar, por lo que me tocaría abrir la puerta a mí.
           
Me levanté de la cama perezosamente y me puse la bata encima del pijama. El timbre volvió a sonar. “Joder”, pensé. “¿Quién llama con tanta insistencia?”
           
Bajé las escaleras de la casa de dos en dos para llegar antes al piso de bajo. Sin embargo, a pesar de todos mis esfuerzos por alcanzar antes la puerta, volvieron a llamar al timbre.
           
— ¡Ya voy!
           
Unos segundos después llegué a la puerta de entrada y la abrí de un tirón. Cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que al otro lado de la puerta estaban Tom y Leonard.
           
— Buenos días, Victoria — me saludó el pelirrojo con su característica sonrisa altiva —. Espero que no te hayamos despertado.
           
Llevaba la nariz cubierta por una venda, pero por lo demás, parecía estar completamente sano y lleno de vida. Como si nada hubiera pasado la noche anterior.
           
— Lo cierto es que sí, me acabáis de despertar — repliqué molesta.
           
— ¿En serio? — respondió él, con fingido arrepentimiento —. Pero qué desconsiderados somos, Tom. Deberíamos invitarla a desayunar para desagraviarla por nuestra inexcusable conducta.
           
— Estoy completamente de acuerdo — convino Tom.
           
“Estos dos se han fumado algo raro”, pensé con sarcasmo.
           
— ¿Te gustaría ir con nosotros a la cafetería “Anagnórisis”? Íbamos allí ahora, a tomarnos un café.
           
Sin embargo, la sonrisa traviesa que coronaba los labios del pelirrojo me decía que había algo más que pensaban hacer…

12 comentarios:

  1. Uy, jaja no Úrsula no pudo llevarse a tiempo a Victoria xD
    Enserio, opino igual que Leonard, Vicky los tiene bien puestos, virgen, yo me a lo mejor hubese hablado y eso, pero ante esa mirada..uf! xD

    Bueno Athenea querida, ¿Para cuando un nuevo capítulo? ;)

    Besoos!

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  2. ¡Hola, Athenea! Vengo a dejarte los fallitos que he visto:
    -"tampoco había presenciado nunca una pelea antes." Creo que el "nunca" o el "antes" sobra. Se nota redundancia.
    -"¿Qué le has dado a este cowboy del tres al cuarto para que ponga tan farruco?" falta el "se" entre el "que" y el "ponga".
    -"Ya no eres bien recibidon en este local" Le sobra la n a "recibido". XD
    -"La primera vez que estaría lejos de mi casa y de mis padres y mi hermana." te falta el "de" entre la "y" y el "mi".
    -Has puesto: "Leoard está bien", en lugar de "Leonard" x)

    Lo demás está genial. El final me ha dejado con ganas de más. ¿¡Cómo eres así!? ¡¡NO ES JUSTO!! XDDDDDDDD
    Espero que publiques pronto o me moriré de la impaciencia. T.T

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  3. ¡Muchas gracias, chicas! Me alegro de que os haya gustado. He intentado dejarlo interesante, y tal, y que la pelea no fuera muy aburrida XD. Sí, a partir de ahora se verá la naturaleza peleona de Vicky XD. Por cierto, Sun he corregido ya los fallos orográficos, gracias por señalármelos. Publicaré el próximo lo más pronto posible. ¡Un beso! :)

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  4. Ok! Bueno, tan metida estaba en la lectura que ni me he dado cuenta de esos fallos! xDD en serio, no podía parar de leer hasta el final jaja :)
    Besoos!

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  5. Un capitulo genial! No me esperaba eso de Vicky, ha estado bien pero ahora que Hans no volvera al local Iuta estara cabradisima... ¿no?
    Y el final has logrado dejarlo interesante. A mi me daría un poco de vergüenza recibir al chico que me gusta y al chico que me pretende en bata jajaja
    Esperaremos el próximo capitulo con ansia, a ver si es pronto ^^

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  6. Bueno por fin tengo un hueco para comentar =) qué puedo decir de esta novela si me encanta?? ya es oficial, ODIO a Hans... pero en cambio Tom me cae muy, muy bien... jaja
    Vicky me cae bien también, a pesar de que es bastante diferente a mí xD
    En serio, tienes un estilo súper bueno, no se hace para nada pesado.
    Besos!

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  7. Bua, yo tampoco me esperaba eso de Victoria, ha estado genial!! Y ahora van esos dos y la despiertan para "invitarla a desayunar"?? ¡Quiero saber qué va apasar! Yo he encontrado menos fallos que Sun, pero esto me ha sonado raro: "es una bestia que necesita que está por domesticar". POr lo demás, un capítulo genial, espero el siguiente!!

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  8. Cada vez algo nuevo me sorprende, esta historia me tiene desprevenida completamente, como se nota que no suelo leer este tipo de cosas x'DD Pero me gusta muchísimo, y tu forma de escribir es muy amena de leer. Tengo ganas de saber lo que pasa a continuación. No tardes mucho en subir.

    Un saludo^^

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  9. Bueno, tienes una recopilación de comentarios, pero falta el mío. xD
    Siento no comentar antes, es que este fin de semana he estado de aquí para allá y no he tenido tiempo de ponerme con los bloger, ni siquiera había cogido el ordenador xD Bueno, dejo ya de contarte mi vida y te digo que me a encantado el capitulo, yo no sabía ni imaginaba que Vicky podría tener ese "Bien puestos" xDD
    Que se ve un poco enclenque y un poco a mi no me mires, pero que me a encantado la reacción, por que si no llega a meterse en medio, linchan a Leonard xDD
    A estado genial ;)
    Un besazo.

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  10. Que fuerte lo de Vick, no me lo esperaba XDD Me la tenía por una buenecita. La alemana estrá que echa fuego por lo de Hans XDD Y úrsula... ainss pobre!! XDD no ha podido llegar a tiempo eh!! XDD ¿Por qué siempre cortas en lo mejor?? ¬¬ eres mala eh!! XD

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  11. Bueno, primero, he corregido todos los errores XD. En serio que cuando escribo en el ordenador, como voy tan deprisa, se me cuela alguna letra o me como alguna palabra importante. Sorry. En cuanto al capítulo, me alegra saber que os ha sorprendido la naturaleza oculta y peleona de Victoria. A lo largo de la historia, la veréis más veces así...

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  12. Como ha molado la pelea. Úrsula tiene razón. Tendría que haberse estado quietecita pero bueno la chica tenía que hacer algo. Pdta. Leonard es algo inútil. En fin estupendo capítulo.

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