My Playlist

Translate

"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

miércoles, 27 de abril de 2011

Capítulo VII. Nothin' But You (Parte 2)

Iuta
Después de lo ocurrido en casa de Marty la noche anterior, mi hermano Hans podía irse olvidando de que éste lo readmitiera en el bar. ¡Joder! Si al menos Tom le hubiese dado la oportunidad de explicarse… ¡Pero no! Ese imbécil tenía que estropearlo todo tratando de hacerse el héroe. Haciéndoles creer a todos que mi hermano era un cabrón, y que él sólo quería protegerlos de su ira injustificada.  
           
Victoria y Leonard tampoco iban a mostrar clemencia con él. Y mucho menos conmigo. Después del malentendido de la noche anterior, el retrasado de Tom, que con su carita de niño bueno le había hecho creer a mi hermano durante mucho tiempo que era su amigo, les convencería de que Hans y yo éramos basura. Víboras. Lo peor de este mundo. Y todo porque de vez en cuando a mi hermano le costaba un poco controlar su mal genio…
           
¡Joder! Ahora que había conseguido que Leonard no me odiara tanto… O al menos eso me había parecido a mí. En los últimos días no había estado tan desagradable, y sólo me había mandado a la mierda tres veces en una semana. Sí, nuestra relación había experimentado una “leve” mejoría. Puede que con el tiempo, incluso hubiésemos podido llegar a ser amigos. Pero ahora todo se había ido directamente a la mierda.
           
Solté un largo suspiro cansado, al tiempo que me detenía en un lugar relativamente remoto y solitario de la playa. Y hago especial énfasis en la palabra “relativamente”, porque en una playa de California, en pleno verano, nunca hay un lugar lo suficientemente tranquilo y apartado. Dejé la mochila con cuidado sobre la arena, y abrí la cremallera para sacar la toalla. Me gustaba tumbarme sobre ella y contemplar el despejado cielo californiano, tan diferente del de mi Alemania natal. Aquel cielo me relajaba, me daba una absoluta paz interior, hasta en los momentos más desesperados y angustiosos. Aquélla era una costumbre que había adquirido durante mi corta relación con Leonard. Él solía hacer lo mismo siempre que algo andaba mal. La playa era su medio de evadirse de la realidad…
           
Ay, Leonard. Jamás fue mi intención jugar con él. Lo cierto es que llegué a quererlo muchísimo, pero sólo como amigo. Y creo que no se puede culpar a una persona por el mero hecho de no amar a otra. Porque las personas no decidimos a quién amar, nuestro corazón decide. Y a veces nuestro corazón es tonto del culo…
           
Traté de explicárselo a Leonard muchas veces, pero él no quiso escucharme. Se empeñó en creer que yo lo había utilizado, que me había reído de él. Que había herido su ego masculino. Y lo cierto es que sí, lo hice. Pero no fue a propósito. Lo cierto es que no pude enamorarme de Leo. Porque Leo no era una mujer.


Leonard    
Estreché a Victoria fuertemente entre mis brazos, y la apreté contra mi cuerpo. Quería sentir cada fibra de su ser. Pero sobre todo, no quería que escapara de mí bajo ningún concepto. Ahora que había conseguido besarla, no iba a consentir que se arrepintiera y me dejara con las ganas. Aunque tengo que admitir que aquella última opción parecía más bien poco probable, pues Victoria se aferraba a mi cuerpo como si estuviera a punto de ahogarse y yo fuera un bote salvavidas.
           
Desde que llegó a Estados Unidos, apenas unos tres días antes, yo había tenido ya unos cuantos sueños con ella. Al despertar, me decía que me había pasado con las cervezas o con los porros de Michael, pero ya era inútil negarlo. Si aquella mujer aparecía en mis sueños, y no precisamente como una visión pura y angelical, era porque me gustaba de verdad. Y lo cierto es que en aquellos momentos me moría de ganas por hacerle las mismas cosas que le hacía en los sueños…
           
— ¡Eh, tíos! ¿Es que no os da vergüenza hacer esas guarrerías delante de los niños? ¡Idos a un hotel!
           
Los gritos de aquel padre de familia amargado nos cortaron el rollo completamente. Victoria se soltó de mis brazos y, peor aún, de mis labios. Se dio la vuelta, y muerta de vergüenza le dijo al tipo en cuestión:
           
— Señor, lo sentimos mucho…
           
— ¡¿Que lo sentimos?! — la interrumpí yo, indignado — Yo lo único que siento es que este señor nos haya interrumpido deliberadamente, y sin motivo alguno. ¡Tío — grité, dirigiéndome a él —, si tu mujer no te da lo que tiene que darte, no es culpa nuestra!
           
Victoria enrojeció aún más y se quedó mirándome con una mueca de desaprobación en su rostro. Yo le dediqué una divertida sonrisa, antes de agarrarla con decisión por la cintura y acercarla de nuevo hacia mí.
           
—  Cariño, ¿Por dónde íbamos antes de que este “señor” nos interrumpiera de forma tan grosera?
           
Victoria me miraba con los ojos muy abiertos, como si realmente estuviera asustada por mi conducta.
           
“Ja, pequeña. Todavía no has visto nada”, pensé con una sonrisa traviesa. Sin embargo, justo después de que mi mente elaborara ese pensamiento, me obligué a frenar. Victoria era una chica inexperta todavía. Más me valía ir despacio, aunque eso significara tener que contener mis instintos.
           
— ¿Quieres que volvamos a casa? — le pregunté con la voz más dulce que pude proyectar en aquellos momentos.
           
— Yo… La verdad es que no. Me gustaría quedarme un rato más contigo, si no te importa, claro.
           
La inseguridad y la timidez que impregnaban sus palabras eran una mezcla absolutamente explosiva. Una mezcla que, como no podía ser de otra manera, me provocó una enorme erección. Muerto de vergüenza, y temiendo que Victoria se diera cuenta, la aparté bruscamente de mí… But too late, bro…
           
La cara de Victoria en aquellos momentos era un poema. Y no precisamente uno de Bécquer…
           
— Esto… Yo, Victoria… Puedo explicártelo…
           
— No, no, de verdad. No tiene… importancia. Es sólo que, bueno me ha sorprendido… un poco.
           
Ni siquiera me miraba a la cara. Tenía la vista clavada en los hijos del hombre que antes nos había mandado a tomar viento fresco. Sus mejillas estaban teñidas de un rojo carmesí, y su postura era rígida, forzada.
           
“Genial, Leonard”, me soltó con sarcasmo la voz más pesimista de mi mente. “Si querías ir despacio con ella, te has lucido, pero bien”.
           
— Victoria, por favor, mírame — le pedí, al tiempo que le alzaba la barbilla dulcemente con mi mano derecha, para que me mirara directamente a los ojos —. Si ha pasado… esto, es sólo porque me gustas muchísimo, ¿comprendes? Me siento muy atraído por ti. Pero no sólo sexualmente — al pronunciar aquella última palabra, enrojeció aún más —, también me atrae tu interior. Eres dulce, divertida, y adorable cuando te sonrojas. No hay porque avergonzarse de esto, porque es algo completamente natural. Lo antinatural sería tratar de esconderlo. O incluso escandalizarse de ello.
           
— Tú también me gustas mucho, Leonard — replicó ella. El color había comenzado a abandonar sus mejillas —. Pero no… estoy acostumbrada a… Bueno, ya sabes a lo que me refiero.
           
Yo solté una sonora carcajada, que hizo que el señor que nos había llamado la atención antes se quedara mirándonos de nuevo con cara de pocos amigos. Su mirada decía a todas luces: “Como sigáis así, voy a llamar a la policía, y os detendrán por alteración del orden público”. Yo le dediqué una sonrisa risueña, al tiempo que inclinaba la cabeza en su dirección. El hombre profundizo su mueca de disgusto, antes de coger a su hijo pequeño en brazos y salir “huyendo despavorido” de allí.

“Gilipollas”, pensé, sin borrar la sonrisa de mi rostro.
           
— Sí, Victoria — repliqué, al tiempo que volvía toda mi atención a ella —. Sé a lo que te refieres. Todavía eres muy inexperta en según qué temas… Pero no te preocupes. No me importa ser tu profesor…
           
Victoria se quedó mirándome fijamente unos instantes antes de soltar una sonora carcajada. Gracias a Dios que el pesado de antes se había ido ya, porque sino, nos habría dedicado una de sus “cariñosas” miradas.
           
— Leonard, creo que estás yendo un poco deprisa, ¿no te parece?
           
Yo me quedé mirándola molesto. ¿Un poco deprisa? ¡Ni hablar! De hecho, me estaba conteniendo demasiado
           
— En absoluto. Tú me gustas, yo te gusto… ¿Dónde está el problema?
           
— Tom… Tom me besó…
           
— Sí — la interrumpí, incapaz de contener mi impaciencia —. Ya sé lo que ese… querido amigo mío hizo ayer por la tarde.
           
— Yo… Estoy confusa, Leonard. Lo cierto es que os tengo mucho aprecio a los dos y no quiero que tengáis problemas por mi culpa.
           
— Pero…
           
— No, Leonard — me interrumpió con voz cortante —. Por el momento, no quiero tener nada con ninguno de los dos, ¿de acuerdo?
           
Aquella respuesta me golpeó con fuerza en el estómago, como un balón de rugby lanzado a gran velocidad. No me había rechazado por Tom, pero tampoco quería salir conmigo. ¡¿Quién entiende a las mujeres?!
           
— Entonces, eso quiere decir que…
           
— Que os quiero sólo como amigos.
           
— De momento… — repliqué yo con una sonrisa picarona.
           
Victoria se echó a reír por mi tozudez.
           
— Sí, de momento.
           
“Eso es lo que tú te crees, reina”, pensé con una “malévola” sonrisa. Aquella mujer iba a ser mía antes de que acabara la semana…
           
— ¿Leonard? ¿Victoria? — nos llamó una conocida voz a nuestra espalda.
           
“No puede ser”, pensé con fastidio. Pero como casi siempre pasa en la vida, cuánto más deseas una cosa, menos probabilidades tienes de conseguirla. Me di la vuelta hacia el lugar de donde procedía la voz y allí me encontré, como me había temido, a la víbora de Iuta.
           
— ¿Es que no tienes suficiente con amargarnos la cena de anoche, que tienes que venir también a molestarnos en la playa? — le pregunté con un tono de voz tan corrosivo como el ácido.
           
— Leonard, por favor…
           
— ¿Hoy no has traído a tu hermano para que haga el trabajo sucio? ¿Piensas romperme tu misma la nariz? ¡No, claro! Pero qué tonto soy… A ti se te da mejor echarte a llorar para dar pena. Para que todo el mundo se crea, que el malo de la película soy yo…
           
La alemana se quedó mirándome con cara de corderito degollado. Sí, esa mirada en otros tiempos me habría roto el corazón, pero ahora, ya no sentía nada.
           
— Sólo quería venir a disculparme por…
           
— Ahórratelo — la corté con impaciencia —. Tu palabra vale menos que la de un político corrupto.
           
Iuta se quedó mirándome con los ojos vidriosos, a punto de llorar. Estaba claro que le había hecho daño. Pero no tanto como el que ella me había hecho a mí.
           
— Victoria, vámonos — le pedí, cogiéndola fuertemente por la mano y sacándola casi a rastras del agua.

12 comentarios:

  1. !Joder¡ La cosa se pone fea y muy interesante, a estado genial, y yo veo un serio problema con el asunto de Leo y Tom, pero ahora mas cuando se sabe que luta es lesbiana (le gustara Victoria?)
    Aiis... cuantas preguntas sin respuesta.
    Pero solo quiero saber otra respuesta...
    ¿Cuantos capítulos tiene esta historia?
    Un besazo =)

    ResponderEliminar
  2. Ainsss me encanta Iuta, es adorable y lesbi XDd Pero adorable (miralá que picarona...y yo que tenía esperanzas de que acabara con Tom...XDD) Y Leo...madre mía, el "incontrolable Leo" XDD y dice que no va rápido ni nada XDd Me hacen eso en la "primera salida" (por llamarlo de algún modo) y le doi tal bofetada que su cara se queda ne plan pinta y colorea XD Me ha gustado mucho. Y me ENCANTA!!! lo de los puntos de vista de cada uno. Profundiza mucho en los personajes y es apasionante conocerles mejor ^^ Un besote y esperando el next!!

    ResponderEliminar
  3. Athenea, cada vez me gusta más Leo. O.O Es genial, perfecto, ¡y pelirrojo! (MUAHAHAHAAAAAA)

    ResponderEliminar
  4. Ay que risa, se le levantó xDD jaja ay que bueno, que no se me va la risa.
    Y luego Vicky, que no quiere nada ahora con ninguno de los dos hasta que esté segura.

    Y por último, Luta ¿Lesbiana? esto es nuevo :O

    Me gusta el cambio de la historia. Al saber la opinión y pensamientos de los demás personajes. Es interesante ver cómo interpreta cada uno todo esto.

    Publica pronto :)
    Besos!

    ResponderEliminar
  5. Ay, pobre Luta, nunca le dejan explicarse... ¿lesbiana? Bua, era un toque que no me esperaba!! Mola, es un giro interesante en la historia...

    ResponderEliminar
  6. ¿Iuta lesbiana? Qué original xD, no me lo esperaba. Ahora, ni triángulo, ni cuadrado amoroso, va a haber un pentágono: Tom, Leonard, Victoria, Iuta y... Hans! jaja

    I love this history.
    I wait the next.
    1 kiss!!

    ResponderEliminar
  7. AAhhh!!! Me ha encantao el capi!!! esperando el siguiente un besoteeee...

    ResponderEliminar
  8. Guaaaaaaaaa, qué inesperado lo de Iuta XD
    Ahora es cuando empieza la verdadera lucha por Victoria, no puedo esperar a leerlo!

    Espero el siguiente con impaciencia ^^

    ResponderEliminar
  9. Mm la verdad es que cuando dijiste que habría una historia homosexual yo pensé más en chicos que en chicas asi que lo de Iuta me sorprendió xD
    Y Leo, con el capi anterior ganó a Tom pero con este a perdido puntos conmigo y ahora esta empatado con él. Le ha faltado romanticismo para mi gusto pero bueno es su personalidad y es lo que hace que nos vuelva locas jajaja

    asi que, ahora que estoy pensando, si yo fuera Victoria, me haria un trio con los dos e.e

    ResponderEliminar
  10. ¡Por fín me he puesto al día! Semana Santa y ponerse enferma no ayudan a poder leer las cosas en el ordenador y comentar al mismo tiempo. Me hubiera gustado comentarte en el resto de entradas que me he saltado (en referencia a comentarios, me las he leído) pero el tiempo no se encuentra a mi favor y he leído como los tiros, más por el hecho de que me encanta la historia y consigues que me interese cada vez más por ella, que por otra cosa.

    Hay muchas cosas curiosas, el cambio que ha dado la historia me gusta muchísimo. Me parece un dato muy original qe Iuta sea lesbiana, y yo considero que el trío amoroso de Leonard, Tom y Victoria estaba cantado ;) Igualmente no sé con quién quiero que se quede y eso me pone enferma.

    Espero con ansias poder seguir leyendo lo siguiente.

    Un saludo^^

    ResponderEliminar
  11. Iuta... ¿lesbi? :O qué inesperado!
    Y lo de Leo... ¿Que se está conteniendo "demasiado"? Jajaja pobre, pero lo cierto es que a mí no me gustaría... XD
    En fin, que... ¡cuelga el siguiente PRONTO! =)

    ResponderEliminar
  12. Iuta lesbiana, guay, Leonard siendo sincero, guay también

    ResponderEliminar