My Playlist

Translate

"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

domingo, 24 de julio de 2011

Capítulo XIV. Lazos de sangre (Parte 3)

Johnny      
Angela llevaba ya más de veinte minutos hablando con su hermano y la incertidumbre me estaba consumiendo por dentro. No conocía mucho al alemán, pero por lo poco que me habían contado Tom y Leonard, ya me estaba temiendo lo peor.
           
— ¿Por qué tardan tanto? — pregunté en voz alta, aunque en realidad no esperaba respuesta alguna.
           
— No lo sé — contestó Victoria, que estaba sentada a mi lado, con la mirada perdida. Parecía más afectada por la enfermedad del padre de Angela de lo que cabía esperar, teniendo en cuenta lo mal que se llevaba con esa familia —. Hans parecía muy nervioso. Seguramente quiere que Angela se mentalice de… bueno, ya sabes, de que su padre va a morir.
           
— ¿Y para eso nos hace salir a todos?
           
— Johnny, es normal que quieran un poco de intimidad, ¿sabes?

“¿Y tú sabes que ese tío es un psicópata que sólo quiere apartar a Angela de sus amigos para tenerla controlada?”, pensé para mis adentros, aunque no lo expresé en alto.

— Johnny, Angela te gusta mucho, ¿verdad? — inquirió entonces, con esa sonrisilla idiota que se les pone a las tías antes de que se pongan a gritar: “¡Aiiiis, pero qué romántico!”.

— ¿A mí? ¡Qué va! Si acabo de conocerla. Es sólo que me solidarizo con su dolor, ya sabes, por toda la historia de su padre.

— Claro, claro — replicó ella, muy poco convencida.
           
Estaba a punto de contestarle que me importaba un carajo si me creía o no, cuando apareció Angela hecha un mar de lágrimas. Yo me levanté de la silla de un salto y fui corriendo a su encuentro.
           
— Angela, ¿qué ha pasado? ¿Ese cab…? ¿Tu hermano te ha hecho algo?
           
— No quiero hablar del tema. Sólo quiero irme a casa.
           
— Pero…
           
— ¡Maldita sea, déjame en paz! — me gritó, antes de empujarme con furia y salir corriendo del hospital.
           
Unos segundos después, Hans entró en escena con cara de arrepentimiento.
           
— ¡¿Qué coño le has hecho, tío?! — le grité, sin poder contenerme.
           
— Johnny, ¿por qué no vas a buscar a Angela y la traes de vuelta? — sugirió Úrsula, intuyendo que se mascaba la tragedia. Conteniendo a duras penas mis instintos, que me decían que le partiera la cara a ese gilipollas por hacer llorar a una mujer, salí corriendo del hospital en busca de Angela.  


Angela
— ¡Angela, espera! — oí que gritaba Johnny tras de mí — ¡Detente, por favor!
           
Pero yo seguía corriendo. Quería alejarme de él, de todo el mundo. En especial de mi padre y de mi hermano. No sólo me habían estado mintiendo toda mi vida, sino que encima, habían decidido revelarme la verdad cuando mi padre estaba a punto de morir. Me sentía traicionada y pisoteada, y lo último que me apetecía en esos momentos era hablar acerca de mis sentimientos.
           
— ¡Maldita sea, Angela! ¡Para!
           
Haciendo gala de sus dotes de atleta, Johnny salvó la distancia que nos separaba en dos zancadas, colocándose frente a mí, consiguiendo así que me detuviera.
           
— Espera, por favor — me pidió con voz jadeante — ¿Qué ha pasado con tu hermano? ¿Qué te ha dicho para que te pongas así?

— ¡¿Y a ti qué coño te importa?! — le grité con todas mis fuerzas. Pero un segundo después de haber pronunciado aquellas palabras tan ofensivas, me di cuenta de que él no merecía que lo tratara así. En el poco tiempo que lo conocía, siempre se había portado como un caballero (si obviamos la primera vez que nos vimos, cuando intentó acostarse conmigo), por lo que se merecía al menos un mínimo de mi respeto — Perdóname, Johnny. No tenía ningún derecho a hablarte de ese modo. Tú eres el único que ha demostrado preocuparse por mí en los últimos tiempos. Y eso que apenas nos conocemos...

— No importa, Angela — replicó, esbozando una sonrisa apagada — Pero ¿qué es lo que ha ocurrido con tu hermano? Si ese cabrón se ha atrevido a ponerte un dedo encima…
           
— No, no — me apresuré a contestar —. Él no me ha hecho nada en realidad. Es sólo que…
           
Antes de poder terminar la frase, los ojos se me llenaron de lágrimas e inevitablemente rompí a llorar otra vez. Johnny, de nuevo comportándose como un buen amigo, se acercó a mí suavemente y me estrechó con fuerza entre sus brazos. Me arropó en ellos, me transmitió su fuerza.
           
— Tranquila, Angela.
           
— ¿Por qué ha tenido que decírmelo precisamente ahora? ¿Por qué ahora que está a punto de morir? ¿Qué quiere conseguir con eso? ¿Que sienta menos dolor cuando se vaya? ¡Por el amor de Dios! Lleve su sangre o no, es mi padre. Lo quiero ahora y lo querré siempre.
           
— ¿De qué estás hablando, Angela? — me preguntó Johnny con el rostro lleno de confusión.
           
Respiré hondo antes de pronunciar las palabras que llevaban rato quemando mi garganta como una hoguera furiosa, pugnando por salir.
           
— Kurt no es mi padre, Johnny. Al menos, no biológicamente hablando.
           
La confusión en el rostro de mi amigo se hizo más pronunciada.
           
— Mi madre tuvo una aventura — comencé a decir —, y yo fui el fruto de ella.
           
Johnny se quedó en silencio unos segundos, concentrándose en respirar con normalidad. Cuando pareció recuperarse, me dijo:
           
— No sé muy bien qué decir, Angela.
           
Muy a mi pesar, esbocé una pequeña sonrisa.
           
— No digas nada. Sólo abrázame fuerte, por favor.
           
Johnny me acarició el cabello con delicadeza, antes de estrechar nuestro abrazo. Yo respiré aliviada. Al menos tenía alguien en el mundo en quien podía confiar.


Victoria
Las horas siguientes fueron de las peores de mi vida. A pesar de que aquella situación no me afectaba a mí directamente, la sufrí como tal.
           
Angela y Johnny habían vuelto unos minutos después y se habían sentado a mi lado en la sala de espera, pero ninguno de los dos se había atrevido a mirar de nuevo a Hans. Éste permanecía callado, de pie junto al bueno de Marty, que tampoco despegaba los labios. De hecho, el único sonido que se escuchaba en esa fría y desamparada estancia, era la conversación de un matrimonio latinoamericano, que discutían en español acerca de cuál era el tratamiento más idóneo para su hija de doce años, que se encontraba muy enferma de leucemia.
           
Los médicos le estaban haciendo a Kurt todo tipo de pruebas, en un intento por descubrir si todavía había algún fármaco que pudiera alargarle la vida al menos unos días más. Pero el alemán se había cansado ya de luchar. Quería que el dolor lo abandonara de una vez. Quería encontrar la paz y el descanso que por tanto tiempo había anhelado.

— ¿Los familiares del paciente Kurt Müller? — preguntó una enfermera, sacándonos de repente de nuestros pensamientos.

— Nosotros — replicaron Angela y Hans al unísono.

— Su padre quiere verlos.

Los dos hermanos, armándose de valor, se dirigieron a la habitación en la que descansaba su padre, sabiendo que posiblemente ésa era la última vez que podrían hablar con él.
           
— Vaya mierda, ¿eh? — comenzó a decir Leonard, sentándose a mi lado, en el sitio que Angela había dejado vacío — Siempre se van los mejores. Y Hans, mientras tanto, más fresco que una rosa…
           
— ¡Leonard, por favor!
           
— ¿Qué? ¿Acaso tú no piensas como yo? ¡Claro que lo piensas! Como todo el mundo. Pero nadie se atreve a decirlo en voz alta — hizo una pausa en su discurso, intentando calmarse un poco. Porque por extraño que parezca, Leonard estaba furioso en aquellos momentos —. Ese hombre es un cielo, Victoria. Y no lo digo por decir. Es una de las mejores personas que he conocido. No merece morir de esta manera.
           
— Parece que lo aprecias mucho.
           
— Cuando Iuta y yo… — se interrumpió antes de terminar la frase y se quedó mirándome con cara de culpabilidad.
           
— Puedes decirlo, no me molesta. “Cuando Iuta y yo estábamos juntos…”
           
El pelirrojo esbozó una débil sonrisa antes de continuar.
           
— Cuando Iuta y yo estábamos juntos, fue el único de la familia que aceptó nuestra relación. A Angela no puedo reprocharle nada. Después de todo, la desconfianza que me tenía al principio, desapareció cuando se dio cuenta de que yo no sólo no iba a robarle a su hermana, sino que además conmigo ganaba un amigo. Pero Hans… Me ha tenido una aversión injustificada desde que me conoció. Bueno, a mí y a todo el mundo.
           
— De modo que su padre te aceptó desde el principio — repliqué, desviando el tema de Hans todo lo posible.
           
— Sí. Se portó conmigo como un padre.
           
La tristeza que impregnaba sus ojos al hablar de ese hombre en aquellos términos, me hizo recordar que su padre había muerto hacía más o menos un año. Leo habría pasado por la misma situación que Angela y Hans por aquel entonces…

— Nunca me has contado qué le pasó a tu padre…

— No me gusta hablar de ese tema — me cortó Leonard, con esa expresión que adoptaba su rostro cuando se sentía especialmente incómodo.

— Sabes que puedes confiar en mí, cariño.

Aquella última palabra hizo que Úrsula y Marty se quedaran mirándonos con suspicacia. Leonard les devolvió la mirada con una desafiante, al tiempo que entrelazaba nuestras manos con fuerza. Mi tía esbozó una sonrisa cómplice ante aquel gesto, mientras que Marty frunció el ceño con desconfianza. Tom se limitó a apartar la mirada, como si con él no fuera la cosa.

Bueno, lo cierto es que podría haber sido mucho peor. Me quedaba el consuelo de saber que Marty no le había hecho a Leonard la típica pregunta de: “¿qué intenciones tienes con mi sobrina?”, poniendo cara de mafioso ruso, y que Tom no se había puesto a despotricar en medio de la sala de espera sobre lo traidores que éramos.

Un grito desde la habitación de Kurt nos sacó de nuestras ensoñaciones. Unos segundos después, aparecieron unas enfermeras sacando a Angela de la habitación.

— ¡No puede estar muerto, no puede estar muerto! — no cesaba de gritar.

7 comentarios:

  1. :O :O
    Oissh! Pobre Angelaaa :'(
    Un capítulo genial, lleno de emociones.
    Espero el siguiete! Un beso (L)

    ResponderEliminar
  2. Dios mío. Qué angustia, encima, Angela... pobrecitos, los dos, Hans y Angela. Y Iuta... cuando venga, ¿cómo se quedará?
    Un capítulo bastante desgarrador, eso sí, muy bien expresado. Al final, Hans no me está cayendo tan mal. Pero la que me da más pena es Angela (supongo que porque no se lo merece y porque es mi personaje favorito).
    Publica pronto, el capítulo me ha dejado embelesada.

    ResponderEliminar
  3. O.O
    Dios mío. Athenea ¬¬ te mato o no te mato? Hija, que has matado a la mejor persona de todos los de la historia xD

    Así que Ángela no es hija de Kurt.. Hum. ¿Y quién es el padre?

    Espero pronto un nuevo capítulo y sorry si tardé un poco.

    Un beso :)

    ResponderEliminar
  4. Genial como siempre =)
    Aunque ha sido un capítulo triste, la parte de Johnny y Ángela ha sido muy bonito, y lo de Marty y Tom me ha hecho gracia XD.
    Pobre Kurt... :)

    Publica pronto :) 1 beso!

    ResponderEliminar
  5. Y solo tengo un par de cosas que decir:
    -I love Johnny.
    -Angela me da muchísisisisisima pena, jo. Has sabido captar su dolor y me has hecho ponerme a mí mal conforme leía el capítulo. :( Espero que los próximos sean más alegras. Esto no quita que no esté bien escrito, que lo está. :)

    ResponderEliminar
  6. Pobre Angela... que penilla T.T me ha gustado el detalle final de que las enfermeras la saquen de allí gritado (muy apropiado para el personaje =D) y johnny... ainsss ese niño se está ganando el cielo trocitoa trocito eh!! XDDd La verdad es que a Hans siempre le tocan las cosas duras XDD Tal vez porque es un tío grande y fuerte pero madre mía... que gran responsabilidad se le viene encima... ¡¡¡Y Iuta sin saberlo y sin estar presente!!!! Buff en fin, me ha encantado eso sí, es duro un rato eh!! XDd Besoooos

    ResponderEliminar
  7. Madre mía... En fin, nadie es eterno, Kurt tenia que morir. Cada vez comprendo más a esta familia y me gusta todo lo que has escrito sobre ellos, bueno o malo, porque le das el toque mágico de ir revelando los hecho poco a poco ^^
    Iuta, pobreta, al fin se decidia a ser feliz y pasa esto... y supongo que tendra consecuencias con Emma, jo.
    Tambien me gusta mucho la pareja que forman Johnny y Angela, va a ser muy interesante leerlos.
    Tom. Hay mi Tom, tengo muchas ganas de leer más cosas de el xD y Victoria se me esta atravesando, no me gusta mucho la pareja que forma con Leo pero menos mal que no a escogido a Tom.
    Ains en fin, que me enrollo xD espero el siguiente ^^

    ResponderEliminar