My Playlist

Translate

"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

jueves, 4 de agosto de 2011

Capítulo XVI. Una nueva vida empieza hoy (Parte 1)

Iuta
Notaba los ojos de Angela posados sobre mi espalda desde el cristal su ventana. No le di demasiada importancia. Antes incluso de irme de viaje, ya sabía que mis hermanos iban a reprocharme mi falta de responsabilidad, y que les iba a costar perdonarme. Pero al menos Emma estaba a mi lado, y eso era lo único que me importaba en aquellos momentos.

Abrimos el maletero del coche y sacamos mis maletas. Emma se ofreció a ayudarme a llevarlas hasta casa, pero ambas coincidimos en que si Hans aparecía en escena, nos montaría una escenita. Y a ninguna de las dos nos apetecía que nos amargara después de nuestras relajantes vacaciones.

— Nos vemos mañana, cariño.

Hasta mañana — se despidió Emma, antes de darme un casto beso en la mejilla, bajo la atenta mirada de mi hermana.

Cinco segundos después de que Emma y su coche desaparecieran calle abajo, Angela y Johnny salieron por la puerta de mi casa, avanzando en mi dirección. Qué hacía ese chico en mi casa y por qué Hans no había hecho todavía su aparición estelar, fueron las incógnitas que me hicieron comprender desde el principio que algo no iba bien. Automáticamente mi mente empezó a atar cabos.

— ¿Dónde está papá? — pregunté con un hilo de voz. La mueca de compasión que se dibujó entonces en el rostro de Johnny me hizo temer lo peor — No es posible. Cuando me fui, él estaba bien. Incluso parecía haber mejorado mucho…

— El médico nos dijo que a veces es normal que este tipo de pacientes sufran una enorme mejora en poco tiempo, justo antes de… — la voz de Angela se quebró en ese mismo instante, haciendo que yo perdiera la paciencia.

— ¿Antes de qué, Angela? ¡Habla de una vez?

— Intentamos localizarte todo este tiempo. Pero no dejaste ningún número de referencia y no pudimos localizarte — tragó saliva, antes de continuar —. Iuta, papá  falleció anteayer por la noche. El funeral fue esta mañana.

El mundo se derrumbó sobre mí en aquel mismo instante. Mi padre había muerto, y yo no había estado allí para cuidarlo, para darle mi último adiós. Para decirle cuánto lo quería. No. Me había comportado de la forma más egoísta, pensando sólo en mi felicidad. Y el destino me hacía pagar muy caras las consecuencias.

— No puede ser cierto — comencé a decir, al tiempo que sentía cómo las lágrimas comenzaban a llenar mis ojos —. Papá no puede estar muerto. ¡No es posible!

— Al principio yo también me negaba a creerlo, Iuta. Pero es la verdad — replicó Angela, al tiempo que me abrazaba con fuerza, colocando mi cabeza contra mi pecho. En aquellos momentos, ella parecía la hermana mayor, la sensata. Y yo estaba deshecha en un mar de lágrimas.

— ¿Por qué no entramos en casa? — sugirió Johnny, interviniendo por vez primera en la conversación — Está empezando a refrescar y Iuta estará cansada del viaje. Querrá dejar las maletas en su habitación y acostarse.

— ¿Qué hace Johnny aquí? — le susurré a Angela, mientras él entraba mis maletas en casa — No es que me moleste, pero…

— Johnny es mi novio — replicó mi hermana, con una media sonrisa dibujada en sus labios —. Me ha ayudado mucho en estos momentos tan difíciles. Y me he dado cuenta de que estoy enamorada de él. Y él de mí.

Era imposible no darse cuenta de la emoción que destilaban las palabras de Angela. Naturalmente que estaba enamorada de Johnny. Hasta un ciego podría verlo.

— Parece que han pasado muchas cosas desde que me fui…

Angela me apretó con fuerza contra su pecho, al tiempo que me guiaba hacia el interior de la casa.

— Papá te quería mucho, Iuta — comenzó a decirme Angela —. No dejó de preguntar por ti ni un segundo. Y lo más importante es que sabía que tú lo querías mucho a él. No tienes que sentirte culpable por lo que pasó. Aunque hubieras estado aquí, no podrías haber evitado su muerte.

— Aunque eso sea cierto, Angela, jamás podré perdonarme el no haber estado aquí en esos momentos tan duros. Yo debería haber estado con vosotros, cuidándolo, apoyándolo y dándole todo mi cariño. Y en cambio, me fui con…

— Con la persona a la que quieres. Iuta, te merecías ese descanso. Te merecías pensar un poco en ti por una vez en tu vida. Desde que murió mamá, tú te has ocupado de nosotros de forma incondicional. No sólo de papá, sino también de Hans y de mí. Tú eres la persona menos egoísta que conozco, y papá lo sabía. No importa que no estuvieras con él en sus últimos momentos. Lo importante es que te ocupaste de él como una esclava durante todo el tiempo que duró la enfermedad.

Mi hermana se había hecho toda una mujer durante el tiempo que yo había permanecido fuera. Una mujer madura, comprensiva y cariñosa.
           
No pude resistir el impulso de echarme a sus brazos, sin poder dejar de llorar. Johnny, desde lo alto de las escaleras, observaba aquella fraternal escena con los ojos llenos de lágrimas. Así que el don Juan había resultado ser todo un “sentimentaloide”.

Un fuerte portazo a nuestra espalda nos devolvió súbitamente a la realidad. No hacía falta que me diera la vuelta para saber de quién se trataba.

— Hans, yo… — comencé a decir en tono de disculpa, pero mi voz se quebró en el último instante. Mi hermano alzó la mano en mi dirección, haciendo que la sala enmudeciera súbitamente.
           
— No importa, Iuta —comenzó a decir, al tiempo que avanzaba en mi dirección a grandes zancadas. Cuando llegó a mi altura, me atrapó en un enorme abrazo de oso, que cortó mi respiración durante unos segundos. Después, con la voz cargada de emoción, sentenció —: Ahora estás aquí, y nada más importa.


Tom
Abrí los ojos a la mañana siguiente con una resaca impresionante. No recordaba haber bebido tanto en toda mi vida, y eso le iba a pasar una dura factura a mi sistema digestivo en breve.

No tardé en darme cuenta de que no estaba en mi habitación. Tampoco me sorprendió. Con la cogorza que llevaba la noche anterior, llegar hasta mi casa habría sido todo un milagro del altísimo. Y yo no podía ser más ateo. Las únicas preguntas que cabía hacerse en aquellos momentos era dónde estaba y con quién.

La respuesta a la primera pregunta era preocupante: nunca había visto aquella habitación. Era una estancia amplia, con una ventana rectangular frente a la cama, desde la que se podía ver la calle donde estaba ubicado el bar de Marty. Eso, al menos, era una buena señal, pues significaba que no estaba muy lejos de casa. Las paredes estaban revestidas por papel pintado con dibujitos infantiles, sobre los cuales, habían colgado pósters de AC/DC, The Runaways, Led Zeppelin y Scorpions, entre otros. Una cosa estaba clara, en aquella casa habitaba una persona heavy.

La respuesta a la segunda pregunta fue impactante. No sin cierta vacilación, eché un vistazo hacia el otro lado de la cama, para encontrarme con que la despampanante rubia que me había visto soltar la pota en el jardín de la señora Reynols, dormía desnuda y plácidamente a mi lado.

“Mierda, mierda, mierda y mil veces mierda. Para una vez que echo un polvo en meses, ¡y ni siquiera me acuerdo!”

Me incorporé lentamente en la cama, procurando hacer el menor ruido posible. Lo que menos necesitaba en aquellos momentos era que la tal Diana se despertara y quisiera hablar sobre los hechos acaecidos durante la noche anterior. Más que nada, porque no tenía ningún recuerdo claro después de lo ocurrido en el jardín.

Intenté hacer memoria, pero el cerebro no me respondía. La mezcla entre el insoportable calor de finales de julio y el fuerte dolor que martilleaba mi cabeza sin darme tregua, me impedían pensar con claridad. Por suerte, todavía me quedaban fuerzas para reprimir mis ganas de vomitar de nuevo. Eso habría resultado de lo más grosero y asqueroso, y encima habría despertado a Diana.

¡Joder! ¿Cómo había acabado yo en una situación así? ¿No se suponía que el irresponsable era Leonard? Sí. Y ahora parecía que se habían invertido nuestros papeles.

La siguiente pregunta que asaltó mi mente fue cómo diablos pensaba salir de allí. ¿Se suponía que tenía que despedirme primero de la chica? ¿Pero qué se suponía que iba a decirle? “Hola, apenas me acuerdo de ti, aunque supongo que anoche echamos un buen polvo. Tengo algo de prisa, por lo que me voy ya. Por cierto, ha sido un placer conocerte, supongo”.

No. Definitivamente aquélla no era la mejor opción. Pero ¿qué iba a hacer sino? ¿Largarme sin más? Yo no era esa clase de tío. De hecho, esa clase de tíos que se tiran a cualquier chica que se les pone por delante y después si te he visto no me acuerdo, siempre me habían repugnado.

“Pues felicidades, Tommy, porque te acabas de convertir en uno de ellos”, me sermoneó la voz más funesta de mi mente.

Me había metido en un buen follón, y lo peor de todo era que no tenía ni idea de cómo iba a salir de aquel jardín. Nunca mejor dicho…

— ¿Tom? ¿Ya estás despierto?

Aquella voz adormilada a mi espalda apareció de repente para rescatarme de mi oscuro debate interno. Ya no tenía opción de decidir. Tenía que poner en práctica la opción número uno. 

— Esto… Sí. De hecho, nunca he estado más despierto que ahora.

La muchacha rubia esbozó una sonrisa pícara, antes de replicar:

— Permíteme que discrepe, vaquero. Esta noche, parecías estar más que despierto mientras me hacías el amor salvajemente sobre la mesa de la cocina.

¿Había hecho yo eso? Y lo más importante, ¿Diana acababa de llamarme “vaquero”? Sí, la única vez que mi mente decide borrar de un plumazo los recuerdos de una noche, es la única vez en la que dichos recuerdos merecen ser revividos.

— Esto… Diana, a lo mejor esto que te voy a decir te parece un poco… ruin y miserable por mi parte, pero de verdad que no es culpa mía, aunque suene a tópico — hice una pausa, inspirando con fuerza, para prepararme mentalmente para lo que estaba a punto de decir —: No recuerdo nada de lo que hicimos anoche.

Cerré los ojos con fuerza, esperando una pila de reproches y gritos por su parte. Sin embargo, ni una mala palabra salió de sus labios. Abrí los ojos de nuevo, entre incrédulo y agradecido, para toparme con el rostro de Diana, a pocos centímetros del mío. Un aire de comprensión iluminaba sus ojos, al tiempo que me decía:

— Es normal que no recuerdes nada de lo que pasó anoche, vaquero, teniendo en cuenta todo lo que bebiste. Pero no te preocupes. Yo estoy aquí para recordártelo.

Acto seguido, se puso a horcajadas sobre mí y comenzó a acariciar mis muslos desnudos con sus manos, mientras me daba furiosos lametones en el cuello. La erección fue instantánea, a pesar de la impresionante resaca que aún controlaba mi mente.

— Diana, para, por favor, esto no está bien — le supliqué con voz jadeante.

— Anoche no decías lo mismo, cariño — replicó ella, restregándose contra mi cuerpo —. De hecho, esto parecía gustarte mucho — añadió, antes de comenzar a darme suaves mordisquitos en el cuello.

— Diana, no nos conocemos, y…

— Oh, te aseguro que yo te conozco muy bien, vaquero — me interrumpió ella con una sonrisa maliciosa, al tiempo que me acariciaba mis partes nobles de forma totalmente impúdica. No pude evitar soltar un gemido de placer, que a Diana le dio el impulso que necesitaba para torturarme.

— Prepárate, Tommy, porque vamos a hacer temblar las paredes — susurró contra mi oído, antes de poner en práctica su plan, a lo largo de toda la mañana. 

5 comentarios:

  1. Oh si, esa es la Diana que yo había imaginado, me gusta e.e
    Al fin Iuta esta en casa, no crei que fueran tan comprensivos, es todo un detalle por parte de los hermanos.
    Espero el siguiente super intrigada por el asunto Diana-Tommy-Anna ^^

    ResponderEliminar
  2. Bueno, lo de Iuta al final no ha sido para tanto, se lo han tomado todos muy bien. Eso es bueno. Podría decirse que es un milagro pasar de estar potando el jardín de la vieja gruñona a esar en la cama de una diosa heavy XDD Menudo cambio eh!! XDD Me ha gustado el capítulo ^^ diana es genial!! XDD Besotes!

    ResponderEliminar
  3. Ay que Hans si es que es un buenazo xD, vale tanto no, pero ha demostrado ser una persona racional xD.
    Tom con Diana fijo! xD Hacen la pareja explosiva :)
    1beso!

    ResponderEliminar
  4. Lo que yo decía, tu Diana y la mía no se parecen en nada :P jijijiji
    Weno que sepas, son las dos de la madrugada y al fin he conseguido ponerme al día con tu historia!!! wiiiii llevo desde las cuatro de la tarde, pero es que me has enganchado!! :P Espero que subas pronto el siguiente!

    ResponderEliminar
  5. Vaya tela con Diana, esa chica sin duda no pierde el tiempo jaja
    En cuanto a Iuta me alegro que no le hayan echado la bronca, se merecía un poco de libertad..
    Publica pronto, Un beso! :D

    ResponderEliminar