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"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Capítulo XVII: I Welcome You To The House Of Sin (Parte2)

Bueno, señores, aquí les traigo la segunda parte del capítulo. Una parte que a los fans de L & V disfrutarán bastante, aunque no así los de E & I. En fin, también les aviso de que he hecho una reforma en el blog (como pueden observar) y que hay cuatro nuevas encuestas en la parte derecha del blog. Pueden votar en ellas, si así lo desean. Sin más dilación, les dejo  disfrutar del capítulo. ¡Un beso! Att. Athenea.



Leonard
— Quítate la ropa, Victoria.

— Tom y Diana están en la habitación de al lado, Leo. Me da corte…

Sin darle tiempo a terminar su discurso, me quité la camiseta del pijama y los pantalones en un tiempo récord. Llevaba días deseando hacerle de nuevo el amor, pero habían pasado demasiadas cosas que nos lo habían impedido. Sin embargo, ahora que la tenía para mí solo, en mi cama y completamente a mi merced, no iba a desaprovechar la oportunidad de demostrarle con creces cuánto la deseaba. 

— ¿Prefieres que te desnude yo, cariño? Ya sabes que yo no tengo ningún inconveniente… Claro que si pongo mis manos sobre tu ropa en estos momentos, no respondo del estado en que éstas puedan acabar…

Mi picante comentario hizo que un delicioso rubor inundara sus mejillas, al tiempo que apartaba la mirada de mi torso desnudo con vergüenza. A pesar de que yo era su novio, de que ya habíamos hecho el amor  y de que me deseaba con todas sus fuerzas, todavía se sentía insegura en mi presencia. Todavía no se atrevía a mostrar sus verdaderos sentimientos, a tomar las riendas de la situación. Y mucho menos si dicha situación estaba directamente relacionada con el sexo…

— Muy bien, Victoria — comencé a decir, fingiendo un enfado que en realidad no sentía —. Si no quieres que lo hagamos, no lo haremos.

Me tumbé en la cama, de espaldas a ella, esperando el momento en el que se decidiera por fin a actuar. Por suerte, ese ansiado momento no se hizo esperar mucho…

— Leo, yo no he dicho que no quiera hacerlo — contestó, pegando su cuerpo a mi espalda desnuda y rodeando fuertemente mi cintura con sus brazos —. De hecho, tú mejor que nadie sabes cuánto te deseo…

Y para darle credibilidad a sus palabras, dejó que sus manos comenzaran a descender por mi cuerpo, en una tierna pero exigente caricia, hasta llegar a la altura de mis bóxers. Sus dientes comenzaron a mordisquear mi hombro izquierdo de forma juguetona, mientras una de sus manos se introducía lentamente por debajo de la tela de mi ropa interior.

— Oh, Dios mío, Victoria…

— ¿Te gusta? — inquirió ella con inseguridad.

— ¿De verdad tienes que preguntarlo? — repliqué con voz jadeante, poniendo mi mano sobre la suya para que no detuviera sus caricias.

Pero no estaba en mi naturaleza estarme quieto mientras mi mujer me torturaba de esa forma tan deliciosa. Me di la vuelta muy despacio, poniendo mi mano sobre su nuca para atraer su rostro hacia el mío. Sus labios sabían a gloria, a manjar de dioses.

— Te quiero, Leo — susurró contra mi oído, interrumpiendo nuestro beso.

— Y yo a ti, mi pequeña — repliqué, deslizando mis manos hacia la parte baja de su espalda, para poder quitarle la camiseta. Ella hizo lo propio con mis bóxers, antes de lanzarlos al suelo.

— No quiero decepcionarte, Leo — dijo, acariciándome dulcemente la mejilla.

— Pues entonces quítate los pantalones y las braguitas — repliqué con la voz ronca, teñida por el deseo.

Ella soltó una risita nerviosa, pero hizo lo que le pedí. Porque aunque tratara de negarlo, aunque procurara parecer serena y distante entre mis brazos, me deseaba tanto como yo la deseaba a ella.

Cuando ambos estuvimos desnudos, tiré de ella hasta conseguir que se colocara sobre mí, piel contra piel. Saqué la caja de preservativos que guardaba en el cajón de mi mesita y me puse uno casi con impaciencia.   

La abracé con fuerza, rodando con ella sobre el colchón, de forma que mi cuerpo quedó entonces sobre el suyo. A pesar de que me gustaba que Victoria tomara la iniciativa en ciertas cosas, demostrándome así cuánto me deseaba, prefería ser yo quien llevara el control del asunto…

— Dime que me deseas, Victoria — susurré contra su oído con voz ronca.

Sabía perfectamente que la mujer que tenía en aquellos momentos entre mis brazos, bajo mi cuerpo, me desea más que cualquier otra cosa en el mundo. No me hacía falta oírselo decir para saberlo. Y sin embargo, quería oír esa confesión de sus labios. Deseaba que su dulce voz entonara esas ardientes palabras.

— Te deseo, Leo — replicó con una sonrisa, acariciándome el cabello dulcemente. Pero yo no quería que fuera dulce conmigo. Al menos no en esos instantes. Deseaba sentir cómo se derretía bajo mi piel —. Conocerte ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida.

Aquella confesión hizo que mi corazón dejara de latir durante un momento, para unos segundos después reanudar la marcha a un ritmo frenético, salvaje. Me costaba respirar con normalidad y una fina película de sudor se había instalado en mi frente. Me sentía como si acabara de correr una maratón, aunque no me había movido de aquella cama en la última media hora. Y lo peor de todo, aquella mujer me había dejado completamente sin palabras.

— Leo, ¿te encuentras bien? — preguntó preocupada, viendo que me había quedado paralizado tras su respuesta.

Me obligué a responder, a pesar de que lo que salió de mi boca no fue más que un torpe balbuceo.

— Yo… Yo siento… lo mismo. Siento lo… mismo por… ti, cariño. Te quiero. Te quiero más de lo que nunca he querido a nadie.

Rebelar aquellos sentimientos tan íntimos con palabras fue realmente difícil para mí. No me costaba en absoluto demostrarle que la amaba con hechos, cuidando de ella, siendo su amigo, su amante, su principal apoyo en los buenos y malos momentos…

Pero desnudar mi cuerpo era infinitamente más sencillo que desnudar mi alma, y aquella noche pude comprobarlo de primera mano. Pero no por ello aquel momento resultó menos mágico, menos liberador. Aquellas palabras fueron el preludio a una de las mejores noches de mi vida.

— Yo también te quiero, pelirrojo mío — replicó ella, con lágrimas en los ojos, al tiempo que me acariciaba dulcemente la espalda con sus manos de duendecillo.

Y lo cierto es que, aunque pueda parecer poco romántico, aquella declaración por parte de ambos, aquel momento tan mágico y especial, no hizo sino incrementar mi excitación. Mi deseo por ella, por poseer su cuerpo.

Victoria pareció notarlo también, porque separó los muslos lentamente, abriéndose para mí, sin dejar de acariciarme por todas partes con delicioso frenesí.    

Entrar dentro de ella fue el mejor premio que el cielo pudo darme después de un día tan agotador. Llevaba días deseándola, pero en cuanto mi cuerpo se unió al suyo, me di cuenta de que no había sido consciente hasta ese momento de cuánto la había necesitado. De cuánto la necesitaba. Aquella mujer me daba fuerza, me daba estabilidad. Y sobre todo, me daba el cariño y la serenidad que yo nunca había conocido hasta que ella llegó a mi vida.

Llegar al clímax junto a ella fue el broche de oro final a una noche perfecta. No me importaba que Tom y su novia estuvieran en la habitación de al lado, ni que pudieran oírnos a través del tabique que compartían nuestros dormitorios. Sólo me importaba estar con ella, demostrarle todo el amor y el deseo que sentía hacia ella.

— ¿Sabes? Deberíamos hacer esto más a menudo — sugirió con voz jadeante.

No pude evitar echarme a reír ante sus palabras, antes de abrazarla con fuerza, pegándola aún más contra mi cuerpo. A pesar de que aquella noche había quedado completamente saciado de ella, quería sentir cada poro de su piel sobre la mía. No quería que existiera ni la más mínima barrera entre nosotros.

— Si por mí fuera, haríamos esto todos los días, pequeña.


Emma
Los clientes del bar habían ido abandonando el local paulatinamente desde que el grupo había finalizado su actuación. Iuta tampoco había aparecido esa noche. ¡Vaya novedad! Desde que volvimos de nuestra escapada apenas la había visto dos veces.

Sabía que ese comportamiento era algo egoísta por mi parte, pero no podía evitarlo. Necesitaba estar con Iuta y ella se pasaba el día en casa, llorando. Se estaba comportando como una niña inmadura, incapaz de enfrentar sus problemas. Puede que, después de todo, fuera ella la desequilibrada de la familia, y no la idiota de su hermana.

Angela nunca me había caído bien. Algo en su mirada perdida, desenfocada, te hacía comprender casi en el mismo instante de conocerla que algo en ella no andaba del todo bien. Y esa intuición no hacía sino confirmarse cuando intercambiabas unas palabras con ella.

Todavía no podía comprender cómo Johnny había podido enamorarse de ella. Esa chica tenía serios problemas para relacionarse con el resto del mundo. Como si no supiera o no quisiera encajar en ninguna parte. Claro que, pensándolo bien, ese chico tampoco había demostrado mucha cordura durante el escaso tiempo que llevaba con el grupo… Como suele decirse: “siempre hay un roto para un descosido”.

— ¡Joder! — maldije, cuando una de las cervezas que llevaba hacia el reservado del fondo se me cayó al suelo.

“¿Es que todo me tiene que pasar a mí?

El imbécil de Marty y su mujercita se habían ido a casa a pasar un rato “agradable”, y yo tenía que comerme el marrón de atender las mesas, hacer caja, limpiar y cerrar el local. Bueno, yo y la nueva de acento raro. Pero teniendo en cuenta lo torpe que era esa mocosa, no se le podía considerar como una ayuda precisamente.

— Permíteme que te ayude — oí que me decía una profunda voz femenina, mientras estaba agachada en el suelo, recogiendo los restos de la bebida.

Alcé la vista para ver de quién se trataba, y me quedé totalmente boquiabierta. Era toda una mujer. Sobrepasaba el metro setenta, delgada, con el pelo negro muy corto y acabado en punta. Vestía un minúsculo top de tirantes negro, con unos pantalones y botas de cuero del mismo color que su “camiseta”. Tenía un aire a lo Joan Jett que me ponía bastante…

— ¿A qué hora sales? — inquirió, agachándose a mi lado para ayudarme a limpiar el estropicio.

—Dentro de una hora más o menos, ¿por qué?

— Me gustaría invitarte a tomar algo a mi apartamento… Si tú quieres, claro.

La ardiente mirada con la que recorrió mis pechos y mis caderas, me excitó al instante. Estaba a punto de aceptar su invitación, cuando de repente me sobrevino la imagen de Iuta a la mente.

— Tengo novia — repliqué con un hilo de voz.

— Eso no es un problema para mí — me contestó, esbozando una pícara sonrisa, para después añadir —: Yo no soy nada celosa. No me importa compartir.

Sopesé seriamente su propuesta. Amaba a Iuta, pero en aquellos momentos ella no era capaz de darme lo que yo necesitaba. Estaba demasiado ocupada lamiéndose sus heridas como para preocuparse por lo que a mí me pasara. Aquella desconocida, en cambio, se me estaba sirviendo en bandeja, prometiéndome con la mirada una noche desenfrenada e inolvidable. Si la rechazaba, me arrepentiría toda la vida. Si decidía aceptar su propuesta, acabaría arrepintiéndome igualmente.

Así que finalmente decidí que el arrepentimiento, con sexo y alcohol se sobrelleva mucho mejor. No sabía qué consecuencias podría acarrearme ese pequeño desliz, pero lo cierto es que en aquellos momentos las consecuencias me importaban una mierda. “I don’t give a damn ‘bout my reputation/ You’re living in the past it’s a new generation…”, la voz grave y penetrante de Joan Jett no dejaba de gritar con fuerza en mis oídos. “Oh, no, no, not me”.


Anna
No entendía por qué Marty me odiaba tanto. ¿A quién se le ocurría dejarme sola, bajo las órdenes de esa arpía lesbiana, cuando sólo llevaba unos días trabajando en el bar? Tenía que haberle hecho algo en otra vida. Sí, eso debía ser. Seguramente había quemado a su mujer en la hoguera, por bruja, y su rencorosa alma todavía no me lo había perdonado…

— Ey, waitress, another round here!  — me gritó uno de los moteros que se había metido con Emma unas horas antes.

Solté un suspiro cansado y me dirigí a la barra para servir más jarras de cerveza. Las puse con sumo cuidado en la bandeja y me di la vuelta rápidamente para llevárselas a aquellos brutos, sin antes cerciorarme de si había alguien detrás de mí…

Merda! — maldije cuando la bandeja con las bebidas cayó precipitadamente sobre la cara, camiseta y vaqueros de aquel rubio. Y no cualquier rubio. Era el guitarrista del grupo de Tom. Rob, me parecía que se llamaba…

— What the fuck?! — gritó furioso. El local entero enmudeció, olvidando por un momento sus insulsas vidas, para centrar su atención directamente sobre nosotros.

— I’m so sorry, Sir… — comencé a disculparme en mi rudimentario inglés.

— “You’re sorry”? — repitió con sorna, imitando mis balbuceos como si le repugnaran sobremanera — I don’t give a shit ‘bout how you feel right now, lady. Just, get the fuck out of my way!

Tras soltarme aquellas “lindeces”, le dio un fuerte manotazo a la bandeja yo que todavía sostenía en mi mano, de forma que ésta cayó al suelo haciendo un ruido metálico y ensordecedor. Al menos para mí. Tras aquel despliegue de galantería por su parte, salió del local a paso vivo, sin volver a mirarme a la cara, y sin dejar de soltar improperios por la boca. 

Me abracé con fuerza la cintura con mis brazos, como si aquel gesto pudiera salvarme de la vergüenza o la humillación. Era vagamente consciente de que la mayoría de los clientes del local seguía con la vista clavada en mí, algunos con lástima, otros sin poder ocultar su diversión. ¡Dios, en aquellos momentos habría dado casi cualquier cosa porque me tragara la tierra!

Pero no había tiempo para lamentarse. Emma venía hacía mí en ese momento, cual huracán enfurecido y fuera de control. Sería mejor que me pusiera a limpiar aquel maldito desastre, “right now!”. 

10 comentarios:

  1. Alaa, me encantan Victoria y Leo *-* Te lo he dicho ya? xDD Como mola ver a en plan Macho Dominante Romántico x))
    Y en cuanto a Enma, no sé como le sentara esto a Iuta, si se entera. Ella ha sufrido mucho...
    Pobre Anna, Rob no me cae ya precisamente bien. Además, iba a tener que soportar a huracán Enma en acción, pobre.
    Publica prontooo! ¡Un beso!

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  2. Me ha encantado! No se porque pero a mi me parece que Anna y Rob se van a enamorar! La parte de Leo y Victoria me ha encantado! Me encanta esa pareja!

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  3. Me ha encantado la parte de L & V (L)
    Hasta este día no tenía a nadie que odiara.. Pero después de esto, no puedo pasar por alto lo que va hacer Emma... así que ya sabes...
    Un besazo.
    Me a encantado =D

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  4. Definitivamente, Rob necesita sexo. Pero que no sea con Anna, no tengo nada en contra de ella pero Rob se merece algo mejor. A demás ¿en teoría ella no iba a colarse por Tom?
    Bueno en cuanto a Emma... sexo lésbico ¡Yuju! Espero que hagas la escena e.e Aun que es una egoísta, debería hacer lo mismo que hizo Johnny jum.
    Lo de L & V muy tierno y tal pero no son mis preferidos xD

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  5. Oooishh! Que mono Leooo :$ Y que gilipollas Emma!! Con lo bien que me cae Iuta y lo mal que lo está pasando debido a la muerte de su padre.... Y luego está también, Anna, me da pena la pobre, se la ve buena chica :)
    Publica pronto, un besito (L)

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  6. La parte de Leo y Vicky, súper bonita y caliente, como no podía ser de otra manera con Leo de por medio xD.
    Digo lo mismo que han dicho por arriba, hasta ahora no odiaba a nadie (bueno, Hans... no, él me hace gracia xD), pero después de haber visto lo de Emma... Me gustaba la pareja que hacían Iuta y ella, pero después de esto Iuta no se la merece para nada. Si de verdad la quisiera, haría lo mismo que Johnny y, ni mucho menos, se tiraría a otra u.u
    Pobre Anna jaja, es demasiado pánfila la pobre, va a tener que espabilar... quizá con ayuda de Rob, que está verdaderamente necesitado e.e

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  7. Jo pobre chica como se pone por un poco de cerveza si aun no existía el control de alcolemia. A ese Robb le hace falta un puñetazo de los que hacen historia. Emma va a liarla me imagino, alguien le dirá a Iuta que se ha ido con la chica nueva.

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  8. L & V!! Me encanta.
    Y Tom se ha portado como un Imbécil, con mayúscula.

    Y Emma..adiós Emma.. :O yo creo que Luta se enterará tarde o temprano.

    Pobre Luta :$

    Publica pronto Athenea.
    Besoos!

    Pd: Nuevo cap en Cazadora :P

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  9. Cuanta pasión!! XDDD Menudas fiestecillas privadas se montan Leo y Vick, con la vergüenza que le daba que Tom y diana estuvieran al lado y mira al finalxDD Todos los días!! XDDDD Y lo de Emma, ¿qué puedo decir? Me ha dejado clavada en el sitio, esa tía es lo más cínico que he leido nunca ¬¬ Ojalá Iuta se entere y se le caiga el cielo encima a la guarrona esta XDD ¿¡Y Anna?! Yo soy ella y salgo con la bandeja detras de él y le hostio, vamos, encima de que va con sus malos humos por todas partes, va y lo paga con la chiquita esta XDDD Ya te digo si salg y le meto con la bandeja en la cabeza XDDD Un buen capi, espero more!!! XDD Un besote enorme =D

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  10. Me encanta :)
    Pero debo decir que Emma se merece la muerte ¬¬ XD
    Un beso, ¡y sigue pronto! :)

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