My Playlist

Translate

"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

jueves, 2 de junio de 2011

Capítulo X. You could be mine (Parte 2)

Iuta
— ¿Y qué si nos vieron? — replicó Emma, furiosa — ¿Acaso te importa lo que piense tu ex o la mosquita muerta?
           
No pude responder a aquella pregunta. No me salían las palabras. Emma, como era su santa costumbre, interpretó mi silencio como una afirmación.
           
— Siempre voy a ser tu segundo plato, ¿verdad? Nunca vas a pensar en mí antes que en tu familia o tus “amigos”. “Amigos”, que, por si no te habías dado cuenta, te han dado de lado. “Amigos” que ahora mismo estarán echando pestes sobre ti, por haberte pillado en la calle, dándote el lote conmigo.
           
Las manos de Emma temblaban violentamente. Sacó el paquete de cigarrillos que tenía en uno de los bolsillos de su chaqueta y consiguió encenderse uno, no sin cierta dificultad.
           
— No te pido que renuncies a tu vida por mí, Iuta — continuó, después de haberle dado una larga calada a su cigarrillo —. Sólo que me hagas un hueco en ella. Que me consideres algo más que una muñeca a la que utilizas cuando te sientes mal. Quiero ser tu pareja, ¡joder!
           
Tragué saliva con dificultad. Ya habíamos tenido aquella discusión antes, y siempre acabábamos igual. Dejábamos de vernos durante un tiempo, hasta que yo, desesperada, la llamaba y le pedía disculpas. Le prometía que todo iba a ser diferente a partir de ese momento. Ella se sentía feliz entonces, me tenía a su merced. Pero lo cierto es que nada cambiaba realmente. Yo seguía ocultando nuestra relación al mundo, por miedo y vergüenza, y ella se sentía cada vez más decepcionada conmigo. Era sólo cuestión de tiempo que encontrara a otra mejor que yo, y me dejara para siempre.
           
— Soy tan estúpida — murmuró, tras haberle dado otra calada a su cigarrillo. Sabía cuánto odiaba que fumara delante de mí, pero supongo que en aquellos momentos, no me guardaba ya consideración alguna —. ¿Cómo pude creer alguna vez que significaba algo para ti?
           
— Significas mucho para mí — repliqué en un hilo de voz.
           
— ¡Y una mierda! Si te importara algo, lo más mínimo, habrías dado la cara por mí anoche, en lugar de huir. En lugar de haberles dado a entender a esos tres gilipollas que lo que estábamos haciendo era algo malo.
           
No sabía cómo arreglar aquella situación. Se me estaba yendo de las manos. La estaba perdiendo definitivamente.    
           
— Emma, te prometo que…
           
— ¡No quiero que me prometas nada! — estalló — Estoy harta de tus promesas. Están vacías, huecas. No significan nada.
           
— ¡Emma! — grité desesperada.
           
— Mírate. Eres patética. No sé cómo pude enamorarme de un jarrón vacío como tú. No sé cómo pude alguna vez albergar esperanzas de que nuestra relación saliera adelante. ¿Pero qué estoy diciendo? ¡Ni siquiera teníamos una relación!
           
Dio la última calada de su cigarro, antes de apagarlo y tirarlo a la papelera que había al lado del banco donde estábamos sentadas. El mismo banco del parque donde nos dimos nuestro primer beso.
           
— No quiero tener nada que ver contigo nunca más — sentenció, al tiempo que se levantaba del banco lentamente. Sus ojos permanecían cerrados con fuerza, conteniendo sus lágrimas —. Nos veremos en el bar, pero no quiero saber nada más de ti fuera de ese recinto, ¿está claro?
           
Yo asentí con la cabeza, al tiempo que sentía las lágrimas quemándome las mejillas. En aquella ocasión no había vuelta atrás.
           
— Adiós, Iuta — se despidió, antes de darme la espalda, y echar a andar hacia la salida del parque, sin mirar atrás.

Leonard    
— ¿Con el esmoquín, me quedaría mejor el pelo recogido o suelto? — le pregunté a Victoria, que se había sentado frente a la ventana a “apreciar” el genuino panorama californiano.
           
— Recogido, supongo. Aunque lo cierto es que no soy una experta en la materia. Deberías preguntarle a Úrsula.
           
Algo le pasaba a Vicks. Estaba más callada y retraída que de costumbre. Me acerqué sigilosamente hacia la ventana, procurando no molestarla o sacarla de su ensimismamiento. Estaba muy pensativa, como si algo le preocupara. Tal vez echaba de menos su tierra natal. Aunque eso, por lo poco que me había contado de su familia y “amigos”, parecía poco probable.
           
— ¿Conoces a Angela, la hermana de Iuta? — me preguntó de repente.
           
Aquella pregunta me descolocó por completo. ¿Cómo conocía ella a Angie? Que yo recordara nadie se la había presentado. Y lo más importante, ¿por qué me preguntaba por ella justo en aquel momento?
           
— Naturalmente que la conozco. ¿Por qué?
           
Victoria se quedó en silencio unos segundos, como si estuviera meditando qué debía decirme y qué debía callarse. Ése es a un tiempo uno de los mayores defectos y virtudes que tiene la mente humana. Selecciona aquello que le interesa decir, y se guarda para ella los detalles que pueden comprometerla. Detalles que, casi siempre, son los más importantes.
           
— Nos la encontramos esta mañana cuando fuimos a comprarnos la ropa para la boda de Michael. Dijo que era la hermana de Iuta y que te diera recuerdos de su parte.
           
Aquello terminó de descolocarme. Desde que había roto con su hermana, Angela no había querido saber nada de mí. No respondía a las cartas que le enviaba, ni a las llamadas de teléfono. Y las veces que había ido a visitarla a su casa, la asistenta siempre me decía que estaba “demasiado ocupada” para atenderme. ¿Por qué me enviaba recuerdos entonces? ¿Era una especie de juego irónico? ¿O es que simplemente estaba más trastornada de lo que yo había pensado en un primer momento?
           
— ¿Te dijo algo más? —  pregunté, en un intento por resolver aquel extraño “enigma”.
           
— No. Pero las miradas que ella y Úrsula se cruzaban no eran precisamente de amor eterno. Cuando entró en la tienda, Úrsula le dijo a Marty que nos fuéramos, porque no quería comprar en la misma tienda que esa “bruja”. Marty tampoco parecía muy contento de verla…
           
“Pobre Marty”, pensé con tristeza. Su matrimonio había estado a punto de irse al cuerno por culpa de Angela.
           
Victoria pareció captar en mi mirada que sabía más de lo que le estaba diciendo.
           
— ¿Leonard? — inquirió, instándome así a que hablara sin tapujos y le contara todo lo que sabía.
           
— Angela siempre ha sido una chica muy… “especial”, por así decirlo. Le cuesta mucho relacionarse con los demás, y no tiene muchos amigos — hice una pausa para reorganizar mis ideas, antes de continuar —. Por eso, cuando Marty la contrató en el bar hace más o menos un año, ella se sintió muy halagada. Marty lo hizo únicamente porque es, o más bien, era muy amigo de la familia, y quería echarles un cable, puesto que andaban muy mal de dinero. Pero Angela no lo interpretó así. Ella creía que Marty quería algo más con ella. Que quería…
           
— Te he entendido — replicó Victoria, viendo que me había estancado.
           
— Sí, bueno. Su obsesión por Marty la llevó a acosarlo, hasta el punto de que le enviaba cartas subidas de tono. En cierta ocasión, incluso, le envió fotos de ella… Bueno, tú ya me entiendes.
           
Victoria abrió los ojos con perplejidad. Estaba a punto de preguntar algo, por lo que la corté, pues quería acabar de contar aquella estrafalaria historia.
           
— Marty se lo contó todo a Úrsula, pues ya los conoces, no tienen secretos el uno con el otro. Tu tía, como era de esperar, le exigió a Marty que la echara del bar y que no volviera a mirarla en la vida. Iuta se sintió muy avergonzada por lo que había hecho su hermana, pero Hans sostenía que había sido Marty quien la había forzado a hacer todo aquello — solté un suspiro cansado —. Como también sabes, Hans es un gilipollas.
           
Tras esto, se hizo un largo silencio. Victoria tenía la mirada clavada en sus pies, y se concentraba en respirar con normalidad. Yo, por mi parte, no sabía qué más podía decir para reconfortarla.

— Menuda familia — soltó Victoria por fin —. Esto es peor que una telenovela mejicana.
           
Yo reprimí una carcajada, pues aquél no era momento de  reír.
           
— Desde entonces, la llevan a un psicólogo. Yo trato de seguir en contacto con ella, porque, a pesar de que tiene un importante desequilibrio, no es una mala persona. Sólo necesita afecto. Y eso es algo que no parecen querer darle en su casa.
           
La mirada de perplejidad de Victoria se acentuó. Al parecer, era una criatura aún más inocente de lo que pensaba…
           
— Yo tampoco tengo muchos amigos. Y en casa tampoco es que me pongan las cosas fáciles precisamente, pero no por eso voy por ahí tratando de romper matrimonios, Leonard.
           
— No creo que su intención fuera la de romper un matrimonio.
           
— ¿A no?
           
— No — respondí con seguridad —. Creo que sólo estaba tratando de llamar la atención, nada más.
           
Victoria se quedó en silencio unos segundos. Estaba meditando mi respuesta, aunque obviamente ésta no la convencía demasiado.
           
— Llamar la atención, tratando de tirarse a mi tío. Sí, sin duda es una forma muy efectiva de llamar la atención de la gente.
           
— Victoria, tú no conoces a Angela...
           
— No. Y después de lo que me has dicho, no quiero hacerlo.
           
— Bueno, esa decisión es sólo tuya, cariño.
           
— ¿Qué le pasa a esa familia, Leonard? — me preguntó con inocencia.
           
Solté un largo suspiro cansado.
           
— No lo sé.
           
De nuevo me vino a la mente la imagen de Iuta, besándose con Emma en medio de la calle la noche anterior. Si era lesbiana, ¿por qué no me lo había dicho antes? ¿Por qué me había dejado creer que había estado jugando conmigo? ¿Por qué no me contó lo que de verdad le pasaba?
           
— Ey, chicos — saludó Tom, al entrar por la puerta. Nadie contestó —. ¡Chicos! — repitió — ¿Os apetece que nos montemos un trío?
           
Victoria y yo nos giramos hacia él de golpe.
           
— ¿Veis? Lo del trío siempre funciona para captar la atención de la gente.
           
Victoria puso los ojos en blanco, antes de dirigir su mirada de nuevo hacia la ventana. Tom se quedó mirándome preocupado. Sí, por increíble que parezca, mi colega estaba preocupado por nosotros.
           
— Victoria ha conocido hoy a Angela.
           
No hizo falta más explicación.

6 comentarios:

  1. Puf! ¡Que intentó tirarse a Marty?! Dios, me ha dado un poco la risa con lo de "esa familia es peor que una novela mejicana" xD

    Publica pronto Athenea, estuvo muy bien el cap, pero quiero que sea ya la boda de una vez!! jaja :)
    Besos!

    ResponderEliminar
  2. Madre mía!! Esa familia tiene algún parasito en el cerebelo... pero me encantan!!! ainsss Iuta es tan.... dios!! Sin duda ella es mi personaje femenino preferida, seguida por tía Úrsula ^^ ¿Y las cartas de Leo? ¿Verdaderamente no le llegaron o se lo inventó todo Ángela? ainss que tensión!!! Quiero MOOOOORE!!! Un besazo preciosa y sigue así que tenemos mono XD

    ResponderEliminar
  3. Me ha dado mucha pena Iuta. T.T Jolines, Emma debería entenderla y respetar que quiera llevar la relación en secreto. Si Iuta no está preparada para salir del armario, su novia debería esperar un poco. :S
    Por otro lado, he de decir que Leonard me encanta cada vez más. ^^ Y me ha gustado mucho como ha hablado de Angela y le ha hecho ver a Victoria que no es tan mala, sino que sólo necesita cariño.
    Lo del trío de Tom ha sido genial, jajajaja.

    ResponderEliminar
  4. Si, estoy con Katia, lo del trio ha sido bestial xD
    No me gusta mucho la actitud que esta tomando Victoria, me da la impresión de que se ha acoplado a estar solo con Tom, Leo y sus tios y no se abre, no se...
    Y sobre lo de las cartas de Leo a Angela, yo tengo una teoria: Alguien de la familia (me inclino por Hans) las estaba interceptando. Y me a pillado por sorpresa que intentara tirarse a Marty.
    Ains, continua plis xDD

    ResponderEliminar
  5. Si, yo tambien creo q alguien interceptaba las cartas... pero, entonces, ¿por que molestarse en mandarla al psicologo? No se... Lo de la telenovela mejicana ha estado genial, es verdad q lo parecen!! Pobre Iuta, aunq considero q Emma tiene algo de razon... ¡Espero el siguiente!

    ResponderEliminar
  6. Angela, por fin descubrimos más cosas sobre ella. Una chica con serio trastorno provocado por falta de afecto posiblemente.

    ResponderEliminar