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"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

sábado, 18 de junio de 2011

Capitulo XI. La boda de Michael (Parte 3)

Bueno, chic@s, siento publicar taaan tarde, pero es cuando me ha venido la inspiración hoy XD. A ver, tengo que deciros varias cositas, así que aprovecho ahora para hacerlo. Lo primero es que el lunes terminé por fin el calvario del selectivo (¡Por fin!), por lo que ya estoy de vacaciones, lo que significa que a partir de ahora podré escribir y publicar más a menudo. Los exámenes me han salido bastante bien, por lo que estoy contenta, aunque el primer día de selectivo me dejé el estuche en casa y tuve que pedirle dos bolis a un compañero XDD. ¿No es irónico? A la escritora se le olvidan los bolis para poder escribir, jajajaja. 
Lo otro que tengo que deciros es referente al capítulo de hoy. Es bastante más largo que de costumbre, porque la inspiración así me lo ha dictado. No lo he revisado mucho, por lo que si hay faltas o fallos gramaticales, por favor, avisadme por comentario. También tengo que decir que, de nuevo, hay diálogos en inglés, si no entendéis algo, hacédmelo saber, aunque las frases de este capítulo son bastante sencillitas. También hay, y aquí es donde enta la novedad, diálogos en valenciano. No son muchos, así que no os preocupéis. Además, por si hay alguien que no lo entiende, he dejado al final del capítulo una lista del vocabulario que aparece traducido al castellano. En fin, creo que no me queda nada más por decir. ¡Un beso, y disfrutad del capítulo!


Emma
— ¿Iuta, te encuentras bien? — le pregunté muy preocupada — ¿Qué ha ocurrido con tu hermana?
           
— Se ha ido. No sé adónde. Y ni siquiera me apetece averiguarlo…
           
Tenía la mirada perdida, como si no estuviera realmente allí. Como si todo le diera igual. Reprimí el impulso infantil de abrazarla con fuerza para tratar de consolarla. Que lo estuviera pasando mal con su familia no cambiaba el hecho de que nuestra relación seguía avergonzándola. Para ella, yo no tenía ningún valor.
           
— ¡Iuta! — oí que la llamaba Hans a nuestra espalda — ¡Tenemos que ir a buscar a Angela!
           
— Ve tú a buscarla si quieres. Después de todo, es culpa tuya que se haya ido — replicó, sin levantar la vista del suelo.
           
Hans puso su típica cara de perro rabioso antes de posar la vista sobre mí. Sí, si las miradas matasen yo ya estaría más que muerta…
           
— Creí que habías dicho que tu relación con ella había terminado — empezó a decirle a Iuta con tono amenazante. Ella, levantándose de su asiento y sin dejar de mirar en dirección a su hermano, me agarró con fuerza de la cintura antes de darme un apasionado beso, que dejó a todos los presentes con la boca abierta.
           
— Tienes razón — replicó ella con una sonrisa —. Había terminado. Pero si ella me acepta, me encantaría que lo intentáramos de nuevo.
           
Aquella inesperada propuesta por su parte e dejó sin aliento. ¿De verdad me estaba pidiendo delante de todos los presentes que volviéramos? ¿No le importaba que su hermano estuviese a punto de estrangularnos a las dos, ni que todo el mundo estuviese mirándonos y cuchicheando a nuestras espaldas, por dar semejante espectáculo?

— Por supuesto que quiero que lo intentemos de nuevo, cariño — repliqué, con los ojos llenos de lágrimas, antes de poder contenerme.
           
Iuta esbozó una lenta sonrisa, antes de inclinarse de nuevo sobre mí, y atrapar mis labios en un beso, que, si bien no era tan apasionado como el anterior, sí que era infinitamente más dulce.
           
— ¡Esto es colmo! — gritó Hans hecho una auténtica furia, antes de salir a grandes zancadas de la iglesia.


Johnny
— Antes de que aparecieras la boda estaba siendo un auténtico coñazo — dije, para romper el hielo. La chica, que según me había dicho antes de entrar en el coche, se llamaba Angela, ni se inmutó.   

“Una mujer de pocas palabras”, pensé. “Mejor. Así no tengo que darle conversación y podemos ir directamente al grano…”.

— Mi casa está a dos manzanas de aquí — me indicó, sin rastro de emoción en su rostro —. Déjame allí.

— ¿Dejarte en tu casa? — repliqué con una sonrisa pícara — ¿No prefieres que antes nos divirtamos un poco? No sé si me explico…

Angela me recorrió con una mirada desdeñosa, antes de soltar un bufido muy poco femenino.
           
— Para el coche. Iré hasta mi casa andando.
           
Había pronunciado aquellas palabras con los ojos cerrados con fuerza, y la mandíbula contraída en un gesto que expresaba furia contenida.
           
— Pero Angela, podemos…
           
— ¡Que pares el coche! — gritó, perdiendo la poca la paciencia que le quedaba.
           
Yo, haciendo caso a mi más básico instinto de conservación, acaté sus órdenes y paré el coche junto al bordillo.
           
— Todos los hombres sois iguales — me soltó, antes de bajarse del coche y enseñarme el dedo corazón con cara de muy mala hostia.
           
“Encima de que me he ofrecido a llevarla, me trata de esa forma tan insultante”, pensé con fastidio. Y no sólo eso, sino que encima había sido tan poco imaginativa como para soltarme el topicazo de “todos los hombres sois iguales”.
           
En cuanto doña Amargada se hubo alejado de mi coche, arranqué rumbo hacia el restaurante donde se celebraba el convite de la boda, pues a esas alturas la ceremonia ya debería haber terminado. Me sentaría al lado de Tom y procuraría abrir la boca lo menos posible. Ya me había metido en demasiadas movidas por un día, y las pocas neuronas que me quedaban con vida me decían que, si quería volver a casa de una pieza aquella noche, tenía que estarme quietecito para variar. No sabía yo lo difícil que iba a ser llevar a cabo aquella simple acción…


Victoria
— ¿Habéis visto a Johnny? — nos preguntó Tom preocupado — No lo he visto desde que salió a fumar, hacia el final de la ceremonia…
           
Leonard soltó un bufido cansado antes de replicar:
           
— Seguramente se habrá entretenido ligando con alguna tía… O para ser más exactos, tratando de ligar con alguna tía. No te preocupes, Tom. En cuanto la chica en cuestión lo haya mandado a tomar viento fresco, vendrá al restaurante.

— ¿Y si le ha pasado algo? — insistió Tom, con un deje de preocupación en la voz. Debo admitir que me resultó casi cómico ver al loco de Tom con la voz temblorosa por la inquietud. Leonard, sin embargo, parecía aburrido de la conversación.

— ¿Qué le va a pasar? — contestó con voz cansina — Johnny es ya mayorcito. Por si no te habías dado cuenta, puede cuidarse solo.

— ¿Sabes, Leonard? A veces me sorprende lo frío e indiferente que puedes llegar a ser con respecto a los problemas de los demás — le soltó Tom de repente, transformando su preocupación en reproche.

Leo clavó su mirada en la de Tom con dureza. Estuvo a punto de soltarle una barbaridad, pero logró contenerse a tiempo. Simplemente le dijo a su amigo, tratando de no mostrar rastro de emoción alguna, ni positiva ni negativa, en su voz:

— Tom, no estoy de humor para discutir contigo ahora mismo, ¿de acuerdo?

El interpelado se quedó mirando a Leonard con los ojos chispeantes de furia, antes darse la vuelta y echar a andar hacia la otra punta de la habitación.

— ¿Qué te pasa, Leo? — le pregunté, con el tono de voz más dulce que pude proyectar en aquellos momentos.

El pelirrojo soltó un resoplido, antes de contestar con voz cortante:

— Nada.

— Leo…

— Hoy no está siendo precisamente un día fácil, ¿sabes? — me interrumpió, pronunciando aquellas palabras entre dientes, en un intento por aplacar su furia — Sólo quiero que me dejéis en paz un rato y no me atosiguéis — y después añadió, en un tono apenas audible —: Que es precisamente lo que estáis haciendo ahora.

— ¿Es por lo de Angela? — pregunté, al tiempo que me inclinaba levemente sobre la silla en la que estaba sentado, para tener un poco más de intimidad — Hacía tiempo que no la veías y…

— Victoria, no quiero hablar del tema, ¿vale? — me interrumpió de nuevo, pero esta vez decidido a zanjar la discusión — No me gusta hablar de mis problemas con otra gente. Nunca me ha gustado.

— Pero yo soy tu amiga, Leo — insistí —. No quiero verte sufrir.

Leo soltó una carcajada amarga antes de levantarse violentamente de la silla, haciendo que me tambaleara hacia atrás.

— Cariño, si fuera cierto eso de que no quieres verme sufrir, ahora mismo estarías saliendo conmigo, en vez de jugar con mis sentimientos y con los de Tom.

Tras soltarme aquel violento reproche, me dejó sola, tomando la dirección opuesta a la que Tom había seguido.


Tom
La música clásica estaba bien. No era rock, por supuesto, pero tenía un equilibrio melódico que conseguía apaciguar, al menos en parte, mis demonios internos. No entendía qué narices me pasaba aquel día. Se suponía que era la boda de Michael, que teníamos que celebrarlo por todo lo alto y emborracharnos a su salud. Pero lo cierto era que ninguno de nosotros quería estar allí. Aquella boda no era “la unión de dos almas puras en una sola por el lazo del amor”, como había señalado el cura durante la ceremonia. Aquella boda era el principio del fin para Michael. Su suegro se lo había dejado bien clarito: No más rock. No más fiestas. Había llegado el momento de ponerse a trabajar duro para sacar adelante a la que ahora era ya su familia.
           
¿Quiere una copa de champagne, caballero? — me preguntó gentilmente una de las camareras, señalando con un gesto de cabeza la bandeja llena de copas que llevaba en la mano.
           
Yo negué con la cabeza, y seguí caminando sin prestar atención a nada de lo que sucedía a mi alrededor. Bueno, a nada excepto a la música. Porque era la música lo único bueno que había conseguido el padre de la novia para la ceremonia. Un cuarteto de cuerda que presidía aquella enorme sala de banquetes desde un improvisado escenario al fondo de la estancia. Aquella dulce y cadenciosa melodía me llamaba como la luz a una polilla.

Me senté en una de las sillas que había frente al escenario para poder oírlos mejor. Sí, sin duda la música, siempre que sea buena, consigue relajarme, transportarme a un lugar lejano, más exótico, e infinitamente más agradable. Porque sin duda, es eso lo que todos buscamos cuando nos dejamos llevar por cualquier tipo de arte. Evadirnos de la realidad.

El cuarto paró para tomarse un descanso unos minutos después.

Anna, ix fora a fumar-me un cigarret i de seguida torne, d’acord? — le dijo a la violinista un señor mayor, que tenía toda la pinta de ser su padre, en un idioma que identifiqué como “lengua derivada del latín”.

D’acord, pare — contestó ella con una sonrisa, antes de sacar de su mochila una botella de agua.

Como me aburría bastante, y la chica parecía estar tan aburrida como yo, decidí subir al escenario discretamente para presentarme.

— Hola — la saludé en inglés, esbozando una de mis mejores sonrisas —. Me encanta cómo tocáis. De hecho, yo también soy músico, aunque me va más el heavy metal que la música clásica…

I’m sorry — me interrumpió la chica en un inglés muy rudimentario —. I didn’t understand the last sentence. Can you repeat it more slowly, please?

Yes, of course — repliqué con una amable sonrisa. Saltaba a la vista que la chica no sabía hablar bien nuestro idioma y que yo la estaba avergonzando, a juzgar por lo coloradas que estaban ahora sus mejillas —. I said I’m musician too. Just like you. I love classical music, but I prefer heavy metal.
           
La chica esbozó una tímida sonrisa, al tiempo que asentía con la cabeza. Después, se quedó callada sin saber qué más decir.
           
Where are you from? — pregunté con verdadera curiosidad.
           
I’m from Spain.
           
Really? — repliqué yo, sin poder ocultar mi entusiasmo — I have a friend, Victoria, who is from there too. Which part of Spain are you from?
           
La chica, que a juzgar por su comportamiento era bastante tímida, pareció un poco incómoda ante mi lluvia de preguntas.
           
I’m from Valencia, do you know it?
           
Ante aquella respuesta no pude evitar estallar en una estruendosa carcajada.
           
Of course I know it. Victoria is valencian too.

Estaba a punto de preguntarle cómo se llamaba, cuando su padre apareció de nuevo en escena.

Anna, es pot saber qui és aquest xicot? — le preguntó en valenciano a su hija, muy cabreado.
           
És un dels invitats, pare — contestó ella nerviosa —. M’ha dit que li agrada molt la  música clàssica, i que ell també és músic.
           
El padre pareció relajarse un poco con aquella respuesta, de la que yo no había entendido ni media palabra, y se giró hacia mí, con la clara intención de presentarse.
           
I’m Pere, Anna’s  father. Nice to meet you.


Angela
— ¡Dame el bolso, zorra! — me gritó el asaltante, al tiempo que me apuntaba al cuello con una navaja afilada.
           
La sangre corría por mis venas a una velocidad demencial y las manos no paraban de temblarme, pero finalmente conseguí quitarme el bolso y dárselo a ese desgraciado. Esperaba que con eso se contentara y me dejara en paz, pero no fue así. Cuando abrió el bolso y se dio cuenta de que sólo llevaba veinticinco dólares con cincuenta centavos, se cabreó aún más.
           
— Vas a tener que compensarme de otra manera — me soltó, recorriendo mi cuerpo con una mirada lasciva.
           
Yo tragué saliva varias veces. No podía ser cierto. ¿Ese cerdo iba a violarme en medio de un callejón? Fue entonces cuando deseé de nuevo con todas mis fuerzas que mi intento de suicidio no hubiera resultado fallido. ¿Es que no podía salirme nada bien?
           
— Quítate la camisa — me ordenó, sin dejar de apuntarme con la navaja —. ¡Vamos! No tengo todo el día.
           
Con las manos temblorosas comencé a desabrocharme los botones de la camisa, al tiempo que lágrimas de impotencia comenzaban a llenar mis ojos.
           
— ¡Más rápido, puta! — me gritó, antes de darme un bofetón tan fuerte que me hizo caer al suelo. El asaltante comenzó a reír con fuerza, antes de desabrocharse la cremallera de sus vaqueros.
           
— ¡Lárgate ahora mismo de aquí si no quieres que te vuele la tapa de los sesos, cabrón! — oí que gritaba una conocida voz masculina a mi espalda. Cuando me di la vuelta para ver de quién se trataba, mi corazón dio un vuelco. Era el salido que había intentado llevarme a mi casa en coche. Johnny.



Vocabulario en valenciano
"Anna, ix fora a fumar-me un cigarret i de seguida torne, d’acord?": Anna, salgo fuera a fumarme un cigarro y en seguida vuelvo, ¿de acuerdo?
"D’acord, pare": De acuerdo, papá.
"Anna, es pot saber qui és aquest xicot?": Anna, ¿Se puede saber quién es este chico?
 "És un dels invitats, pareM’ha dit que li agrada molt la  música clàssica, i que ell també és músic.": Es uno de los invitados, papá. Me ha dicho que le gusta mucho la música clásica y que él también es músico. 

5 comentarios:

  1. Guao.
    Así que Johnny es su "caballero" que fue a rescatarla...menos mal, la pobre Angela ya tiene bastante como para que ahora la violen.

    Bueno Athenea, sí, debo decirte que tuve que consultar el Vocabulario en valenciano un par de veces >.< jaja lo reconozco.

    Y el capítulo ha estado bastante bien. Yo creo que no encontré ninguna falta, pero no te fies de mi, que yo me meto en el capítulo y casi ni me suelo fijar en eso a menos que sea una barbaridad de falta xD

    Y Leo, está de muy mala leche, no debería haberle soltado eso a Vicky, pero es la verdad..

    En fin, publica pronto guapa:)

    Y me alegro que te haya ido bien con la Selectividad, a una amiga mía se le olvidaron las gafas el primer día y su madre tuvo que ir a llevárselas jaja.

    Besos!

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  2. ¿¡Ves!? ¡Sabía que en el interior de Johnny había un "príncipe azul" (un tanto mandril) dispuesto a rescatar a su damisela en apuros. *.*
    Me ha encantado, de verdad. Y coincido en que Leo ha sido un poco borde, pero también le entiendo. A mí tampoco me gustaría que jugasen conmigo a dos bandas. :/

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  3. Menudo zas en toda la boca le ha dado Leo a Victoria. Tiene toda la razón en reprochárselo.
    Si Johnny me caía bien, pues ahora mejor, jaja espero que salga bien todo... la parte "o te vuelo la tapa de los sesos"... significa que lleva una pistola? que peligro o.o
    Y en cuanto a Tom... al fin e decidido que lo prefiero a él en vez de a Leo, me hago del team Tom xD
    Anna rules, por el momento. Me han encantado los diálogos en valenciano (ya que me encanta leer en valenciano) a estado muy fresco ^^ aun que la modelo que has puesto para Anna me parece un poco mayor.
    Esperare el siguiente con ansia ^^

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  4. Vaya, vaya si al final Johnny no va ha ser tan mal tío como parecía en u primer momento. Me pregunto si la solución a los problemas de él y de Ángela serán ellos mismos XDD Es muy curioso. Me encanta que Iuta finalmente se quitara la máscara de vergüenza ante los demás, ¡Y en plena iglesia! XDd Es perfecto. Por un momento pensé que Hans era el salvador de Ángela... pero me ha gustado más que fuera Johnny ^^ Es un capítulo genial!! Y estoy impaciente por seguir leyendo! XDD
    Un besote y mucha, mucha suerte para los resultados del selectivo!! =D También gracias por traducir la parte en valenciano (yo no tenía ni idea y ha resultado muy valioso XDD)

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  5. Eso eso. Que se note de donde eres. Mola que Iuta haya perdido la verguenza y se haya mostrado tal y como es. En cuanto al atraco, es lo que le faltaba ya a la pobre. Suerte que ha aparecido Johnny.

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