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"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

lunes, 6 de junio de 2011

Capítulo XI. La boda de Michael (Parte1)

Tom
— ¿Crees que vestido así follaré mucho esta noche? — me preguntó Johnny, al tiempo que se anudaba la corbata. Yo puse los ojos en blanco antes de repantigarme con aburrimiento en uno de los sillones del salón.
           
— Quién sabe, tío. Uno nunca puede estar seguro de lo desesperada que puede estar una “titi”.
           
Johnny esbozó una sonrisa cómplice y asintió con la cabeza, mostrando así su acuerdo con mis palabras. Desde la habitación de al lado, se oía a Leonard quejarse y lanzar improperios contra Victoria, que estaba tratando de desenredarle el pelo.
           
— Me encantan las bodas — me dijo Johnny de repente —. Son la ocasión ideal para ligar con tías.
           
“Este tío sólo piensa en follar… ¡Vaya novedad!”, pensé con sarcasmo.
           
— ¡Ay, Victoria! ¡Haz el favor de no ser tan brusca! — se oyó gritar a Leonard.
           
— ¡Leo, sé un hombre y no te quejes tanto! — contesté yo desde el salón.
           
Se oyó un gruñido desde la otra habitación, seguido de un gritito demasiado agudo para ser de Leonard…
           
— ¿Qué coño está pasando ahí dentro? — pregunté en voz alta.
           
— Seguramente Leonard se la esté…
           
— ¡Tío! — le corté antes de que dijera lo que sabía que iba a decir — ¿Es que no puedes pensar en otra cosa?
           
Él se quedó mirándome, alzando las cejas de forma intermitente, antes de replicar con voz pícara:
           
— Pues no.
           
— ¡Me niego a seguir peinándote! — gritó Victoria, al tiempo que salía de la habitación — Eres un caso perdido.
           
A los pocos segundos, entró Leonard en la habitación, con los botones de arriba de la camisa desabrochados…
           
— Victoria, por favor, no te pongas así. Yo sólo quería que lo pasáramos bien… — replicó él, al tiempo que esbozaba una de sus pícaras sonrisas. Victoria enrojeció de vergüenza y apartó la mirada del pelirrojo.
           
— Pequeña, si el pelirrojo no cumple tus expectativas, cosa que es bastante probable, yo me ofrezco desinteresadamente para…
           
— ¡Cállate, Johnny! — gritamos Leonard y yo al unísono.
           
Le lancé al pelirrojo una mirada que decía claramente, sin necesidad de utilizar palabra alguna, “¿por qué coño tuvimos que contratar a este salido de mierda, que está colgado y encima se ha comido la reserva de patatas fritas que tenía debajo del colchón?” Y Leonard me contestó, en el mismo lenguaje no verbal: “Michael nos ha dejado en la estacada, Tommy, y este tío, a pesar de ser un salido, como tú dices, es muy bueno. Así que nos toca jodernos, y aguantarlo hasta que encontremos a alguien mejor o más normal”.
           
Yo solté un resoplido molesto, pero no le lancé ni una mirada más. A partir de ahora tendría que esconder mis papas en otro sitio…
           
— ¿Conocéis de algo a la novia? — preguntó Victoria de repente, seguramente para disipar el ambiente de tensión que se había apoderado de la estancia.
           
— Sólo de vista — replicó Leonard, al tiempo que destapaba un bote de pringles que había sacado de uno de los armarios de la cocina. Así que él también tenía reservas secretas… Bueno, ahora ya no tan secretas.
           
— Yo me la tiré — intervino entonces Johnny, estallando en una sonora carcajada. Leonard se quedó mirándolo con cara de pocos amigos. Una mirada que decía a todas luces: “tío, cállate de una puta vez”. Pero Johnny era demasiado novato, o demasiado tonto como para entender aquel lenguaje no verbal. Puede que incluso fuera ambas cosas, por lo que el muy imbécil siguió riendo sin parar hasta que el pelirrojo le dio una fuerte colleja en la cabeza.
           
— ¡Tío, me has hecho daño! — se quejó
           
Vicky fue la que estalló ahora en una sonora carcajada.
           
— Te lo mereces por capullo — solté yo.
           
Unos segundos después, alguien llamó al timbre. Johnny se “ofreció desinteresadamente” a ir a abrir la puerta y, como estábamos todos más liados que la pata de un romano preparándonos para la boda, nadie puso objeción.
           
— Chicos aquí hay una tal Úrsula que pregunta por vosotros — anunció nuestro “amigo” al rato, acariciándose la mejilla como si le doliera mucho. Úrsula apareció entonces tras él, y lo apartó de su camino con un empujón muy poco amigable.
           
“Sí, sin duda este tío ha sido tan gilipollas como para insinuarse a Úrsula y ésta, ofendida y asqueada le ha metido un bofetón que lo ha dejado aviado”, pensé para mis adentros tras contemplar la escena. Johnny se sentó a mi lado en el sofá, viendo que había perdido la partida, tanto con la tía como con la sobrina.
           
— ¡¿Cómo es que no estáis vestidos?! — gritó Úrsula incrédula, y poniendo la voz más aguda que yo le había escuchado jamás — ¡Sois peores que Marty!

— ¡No compares! — se quejó Victoria —  Con Marty fue más fácil porque tiene el pelo muy suave y menos rizado que el de otras personas… — añadió, dirigiéndole a Leonard una elocuente mirada.
           
— ¡Oh, por favor! A mi pelo no le pasa nada. Eres tú la que no sabe cómo tratarlo. Pero no te preocupes. Cuando estemos casados, ya te enseñaré cómo debes peinarlo. Bueno, ésa y otras muchas cosas, claro está…
           
Victoria se quedó mirándolo con los ojos entrecerrados al tiempo que Johnny estallaba en una de sus características y estúpidas carcajadas. Yo, sin embargo, no le veía la gracia por ningún lado.
           
— Yo ya estoy vestido — repliqué, ignorando deliberadamente la discusión de Vicky y Leonard. Úrsula asintió, esbozando una sonrisa complacida, antes de coger el peine que su sobrina había dejado sobre la mesita del café, y empuñarlo en dirección a Leonard con la decisión escrita en sus ojos.
           
— ¿Qué estás haciendo? — le preguntó Leonard, abriendo mucho los ojos, al tiempo que se apartaba de Úrsula como si fuera el mismísimo diablo.
           
— Voy a desenredarte el pelo, cariño — replicó ella, con una amable sonrisa —. Mi sobrina no tiene paciencia, pero…
           
— No — la interrumpió Leonard —. Estoy harto de que la gente me toque el pelo. Me voy a hacer una coleta y punto.
           
— Pero…
           
— Que no, Úrsula, no insistas.
           
— Tía, déjalo — intervino entonces Vicky —. Este heavy desmelenado es un caso perdido.
           

Leonard   
“Tía, déjalo. Este heavy desmelenado es un caso perdido”. Aquellas palabras me habían quemado como si me hubieran tirado ácido en la cara. ¿De verdad Victoria pensaba que yo era un caso perdido? Sí, seguramente Tom le gustaba más. Mi mejor amigo era lo más parecido a un metrosexual que un heavy podía ser.
           
Seguramente tampoco le agradaba en lo más mínimo mi pelo rojizo. Algunas de las mujeres con las que había salido, me habían pedido que me lo tiñera de rubio.
           
“Así te quedara un tono más natural, cariño”, me dijo una de ellas en cierta ocasión. Nunca llegué a entender aquel extraño argumento. ¿Cómo iba a quedarme un tono artificial más natural que mi propio color de pelo?
           
Desterré aquellos funestos pensamientos de mi mente. Había cortado con Mary hacía dos años ya, y no iba a permitir que su ingrato recuerdo volviera de nuevo a torturarme. 


Habíamos llegado a la iglesia hacia algo más de diez minutos, y como ocurría siempre en aquellas insoportables ceremonias, me moría del aburrimiento.
           
— Leonard, ¿la morena esa te pone cachondo? — me preguntó Johnny, que había tenido la feliz idea de sentarse a mi lado en el banco, y llevaba ya rato dándome el coñazo. Seguí la dirección de su mirada, y me di cuenta de que se refería a Victoria.
           
Solté un suspiro cansado. Aquélla iba a ser una tarde muuuy larga.
           
— No me pone cachondo. Sólo somos amigos — mentí deliberadamente.
           
Johnny esbozó una sonrisa pícara, antes de volver a la carga.
           
— ¿Eso significa que puedo tirármela?
           
Un arrebato de furia asesina se apoderó de mi cuerpo, y antes de poder controlarme, le solté:
           
— Como te atrevas a acercarte a ella, gusano inmundo, te arranco las pelotas y se las doy de comer a los tigres del zoológico, ¿me has entendido?
           
Johnny tragó saliva y asintió con la cabeza, con el miedo escrito en sus ojos, al tiempo que se alejaba de mí todo lo que le permitió el banco.
           
“Gilipollas”, pensé con fastidio. “Si no fuera porque el imbécil de cuya boda estamos siendo testigos todos los presentes en este preciso instante, dejó embarazada a la tonta que va hoy vestida de blanco, no tendríamos que aguantar tus chorradas”.
           
Dirigí una mirada furtiva hacia el banco donde estaba sentada Victoria, y cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que ella también me estaba mirando. Esbocé una sonrisa cómplice, a la que ella respondió con otra un tanto más tímida. Aquella criatura era realmente adorable, y no conseguía sacarla de mi cabeza. Tenía que ser mía. Aunque sólo fuera una vez…
           
— Yo os declaro marido y mujer — dijo de repente el cura, captando toda la atención de los presentes —. Puedes besar a la novia — lo cual hizo Michael, no sin cierta torpeza.
           
“En público sientes vergüenza, pero en la intimidad bien que la dejaste preñada, tío”, pensé con sarcasmo.
           
Unos segundos después todos gritaron a coro: “¡Vivan los novios!”
           
— ¿No te parece una escena un tanto cutre, Leonard? — oí que me preguntaba una voz familiar a mi espalda — Actos como éste son la culminación de la falsedad de la sociedad corrupta en la que vivimos.
           
Me di la vuelta de forma instintiva para enfrentar a la persona que tanto revuelo había causado durante los últimos días en casa de Marty y Úrsula. Seguía tan hermosa como siempre. Pero sobre todo, igual de amargada que siempre.
           
— Angela — la saludé, con una leve inclinación de cabeza —. No sé por qué, creí que no ibas a venir.
           
Ella soltó una risita afectada, antes de contestar:
           
— No me habría perdido este “espectáculo” por nada del mundo.
           
Sus palabras destilaban la arrogancia y el desprecio de antaño, pero en esta ocasión, un sentimiento más primitivo y desesperado impregnaba su voz. Odio. Ira. Pero sobre todo, vergüenza.
           
— Leo — me llamó Victoria, que se acercaba hacia nosotros en aquel preciso instante —, Tom y yo te estábamos buscando.
           
— Tranquila, Vicky — replicó Angela, cuya voz volvía a estar de nuevo impregnada por la altanería y el desdén que la caracterizaban —. Tu pelirrojo está en buenas manos.

7 comentarios:

  1. Joer, con Johnny... O.O Vaya mandril, ¿no? x) Está un poquitín salido. XD
    Oh, y Leonard cada día me gusta más. Me ha encantado la contestación que le ha soltado a Johnny cuanto éste le ha preguntado que si se podía tirar a Vicky. XD
    ¿Qué ser tan cruel y despiadado es capaz de decirle a un pelirrojo que se tiña el pelo? T.T Me has matado con eso. :( Pobre Leo, su pelo es perfecto, así que se lo deje tal y como está. ^^

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  2. Genial. Me ha encantado lo de Leo cuando Johnny le pregunta por Vicky. jajaajaa!
    Ah, normalmente la que te corrige es Sun, pero esta vez no es el caso y he visto un fallito aquí:
    "[...]Y Leonard me contestó, en el mimo lenguaje no verbal" Falta la "s" en "mismo" =).

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  3. jo, un capitulo completito *sniff sniff* *me seco las lagrimas de la emoción* A todos les caera mal Johnny pero a mi me parece de lo mas cachondo (nunca mejor dicho xD) me encantó que Ursula le pegara la ostia, me hubiera gustado ver la escena jajaja
    Uuu, ya me veo a Angela enganchando a Leo, tengo curiosidad por como sigue xD
    Y, aun que el capitulo me ha encantado y esta muy completo, yo sigo pidiendo que Tom contraataque!!! Quiero escenita "Vickom" (Victoria x Tom ... me lo acabo de inventar xD)

    Bueno y sobre las faltas, estaba muy entretenida leyendo y no me he dado cuenta de las que habían pero si que me he fijado en un punto y aparte lo has puesto seguido. Cuando has puesto:"Habíamos llegado a la iglesia..." era punto y aparte porque el tema del párrafo y el de la frase no es el mismo.

    Sube el proximo pronto ^^

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  4. Menudos dos puntos de vista has escogido para este capítulo XDDD Primero... menudo asqueroso Johnny... Puag!! XDD Y segundo... menuda pelea contra el pelo de Leo!! XDD Madre mía, que risas de imaginarmelo XDD Tom me ha parecido muy recatado. ¿Estaba "chof"? Y Ángela ya hizo su aparición estelar, lo que significa que Iuta también estará por ahí perdida XDD Menuda boda les espera!! Un besazo diosa mía y ya sabes.. a seguir escrbindo de esta forma!! XDD Me ha encantado.. Grrr XDD Muuuacks ^^

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  5. Ay Johnny, "está mas salido que el pico de una mesa" ¿o era esquina? esque me ha venido la frase de la otra historia tuya xDD y nada más mejor que se adapte a él xD

    Y uh Ángela apareció por fin osea que Luta..uh xD
    Y un Tom celoso..grr xD

    Publica pronto Athenea :)
    Un beso! <3

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  6. Corto, corto, corto!!! Jo, q ganas de saber cómo sigue!!! Me ha encantado lo de Úrsula al pobre de Johnny, pero es verdad, está muy salido, incluso más que Leo y Tom, y eso q creía q era imposible... A ver q pasa cuando se encuentren con Iuta!! Por cierto, "tu pelirrojo"??? que cree Ángela???

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