My Playlist

Translate

"When I hear the music, all my troubles just fade away/ When I hear the music, let it play, let it play",

"Let it Play" by Poison.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Capítulo XVIII. Coffee, Blood and Rock n' roll (Parte 2)

Leonard    
Necesito un café bien cargado.
           
— Un café no nos va a hacer olvidar esta mierda de día — apuntó Tom, dejándose caer pesadamente sobre la silla que había frente a la mía. Su rostro reflejaba el cansancio y el hastío que todos sentíamos en aquellos momentos. La expresión de su cara era el resumen perfecto de una jornada digna de olvidar —. Para eso necesitaríamos por lo menos cuatro cubatas, y después de la que lié con Hans la noche del funeral de su padre, estoy más que seguro de que Marty no va a servirme ni un puto chupito de tequila. Al menos no hasta dentro de diez años.
           
En cualquier otra circunstancia, me habría quedado mirando a mi amigo con sorna, dándole así a entender que su actitud irresponsable y desenfrenada no era algo nuevo para mí, y que se tenía bien merecido el castigo de Marty. Seguramente le habría soltado algún comentario ingenioso acerca de que sólo a un inconsciente como él se le ocurría emborracharse con la bestia de Hans. Pero esa noche no estaba para nuestras bromas de siempre.
           
Cada vez que cerraba los ojos, la macabra imagen de la nariz rota de Emma sangrando a borbotones me venía de nuevo a la mente. Ni ella ni Angela habían querido darnos detalles acerca de lo que había sucedido entre ellas, pero algo me decía que la morena punk que había traído a Emma en su reluciente Harley tenía algo que ver con todo el asunto. Seguramente Emma y ella eran algo más que amigas, y Angela había decidido defender el honor de su hermana a la antigua usanza, es decir, liándose a mamporros con la zorra de Emma.
           
— Bah, Marty sabe que eres un inconsciente y más aún cuando estás borracho, pero también es un empresario, y no le conviene perder pasta. Si le pides disculpas por toda la movida que liaste, estoy seguro de que lo olvidará, y te dará la oportunidad de emborracharte, para que puedas cagarla de nuevo.

Esta vez fue Tom el que se quedó mirándome con sorna, porque si había algo en el mundo que le irritara más que ver a Johnny comiéndose su reserva secreta de patatas fritas, era que yo le recordara lo inestable que se volvía cada vez que bebía más de la cuenta.
           
— ¿Qué vais a tomar, chicos? — preguntó una tímida voz femenina a mi espalda. Su extraño acento no dejaba lugar a dudas de que se trataba de Anna.
           
— Yo quiero un café irlandés — repliqué con la sonrisa más amable que pude esbozar en aquellos momentos.
           
— Yo quiero una cerveza… Pero no le digas a Marty que me la has puesto, por si las moscas.
           
La chica apuntó los pedidos sin levantar la vista de su libreta.
           
— Enseguida os lo traigo — dijo, antes de darse la vuelta y marcharse.
           
— ¿Sabes, Tommy? Creo que deberías hablar con ella.
           
La confusión se apoderó de las facciones de amigo, como si mi sugerencia le resultara fuera de lugar.
           
— No comprendo lo que quieres decir.
           
Solté un resoplido cansado, como haría un profesor de matemáticas cansado de explicar una y otra vez la misma lección a sus incompetentes alumnos.
           
— ¿Todavía no te has dado cuenta de que esa chica está loca por ti? No, si al final va a resultar que eres más tonto de lo que pareces.
           
Aquello pareció confundirlo aún más.
           
— Pero ¿qué dices, colega? Si apenas hemos hablado un par de veces. Nos conocimos en la boda de Michael, le dije que me gustaba cómo tocaba, pero…
           
— Pero eso es más que suficiente para que una chica inocente y fácilmente impresionable como ella beba los vientos por un capullo como tú.
           
— Pues para tu información, lo mismo podría decirse de Victoria contigo. Si esa chica tuviera dos dedos de frente me habría elegido a mí, pero no. Prefirió quedarse con el pelirrojo anormal, antes que con un hombre como yo — enfatizó, señalándose a sí mismo con la mano —, que exuda sexappeal por cada poro de su piel.
           
No pude sino echarme a reír ante aquella fanfarronada. Marty se nos quedó mirando desde la barra con cara de “ya están estos dos haciendo el capullo”, mientras que Úrsula, a su izquierda, se unió a mis risas. A Tom, sin embargo, aquella situación no le parecía tan graciosa.
           
— ¿Sabes? Me jodió bastante cuando te liaste con Victoria — soltó de repente, con el semblante tan serio e imperturbable como la muerte. Su mirada estaba clavada en sus manos, entrelazadas sobre sus piernas cruzadas. Pero algo me decía que esa aparente calma que me mostraba no era más que una máscara cuidadosamente entretejida —. Al principio creí que era porque estaba enamorado de ella, pero luego me di cuenta de que los motivos de mi cabreo eran otros.
           
— Tom…
           
— No, por favor, déjame terminar — me interrumpió, alzando la mano en mi dirección, con una serenidad que yo nunca le había visto en todos nuestros años de amistad. Yo era vagamente consciente de que Tom estaba a punto de tocar un tema del que hacía semanas que deberíamos haber hablado. De hecho, apenas era vagamente consciente de quién era yo y del lugar en el que nos encontrábamos en aquellos momentos —. Cuando Victoria llegó a Estados Unidos, me atrajo desde un principio. Creo que desde el mismo instante en que Marty nos la presentó. No es que sea un bellezón, pero tú mejor que nadie sabes que tiene ese encanto natural que sólo pueden conceder la inocencia y la timidez — hizo una pausa, como si tratara de reorganizar las caóticas ideas que se entremezclaban en su mente —. Me atraía mucho, y creo que si finalmente me hubiese elegido a mí, en vez de a ti, habríamos sido felices durante un tiempo, pero…
           
— ¿Pero?
           
— Pero tarde o temprano nuestra relación se habría terminado. Yo creía que estaba enamorado de ella, Leo, de verdad que sí. Pero cuando conocí a Diana me di cuenta de que lo que sentía por Victoria, no era ni la mitad de fuerte, ni la mitad de verdadero de lo que siento por ella.      
           
Aquello me dejó fuera de combate durante unos segundos. Segundos, que Tom aprovechó para continuar con su diatriba.
           
— Creo, no más bien, estoy seguro de que el rechazo de Victoria no fue lo que me cabreó en aquellos momentos. Bueno sí, pero no fue lo único que me hizo daño.
           
— ¿Qué fue, entonces? — pregunté casi con impaciencia.

Tom inspiró hondo, como juntando el valor necesario para decir lo que estaba a punto de decir.

— Tenía miedo de… perderte a ti.

Aquella respuesta fue como si me tiraran una jarra de agua helada en lo más crudo del invierno ruso.

— ¿Estás diciendo que… estás enamorado de mí?

— ¡No! — replicó, fingiendo estar muy ofendido — Sólo Victoria es tan tonta como para enamorarse de un pendejo como tú. Lo que estoy tratando de decirte, anormal, es que tenía miedo de que tu relación con Victoria pudiera… distanciarte de mí. Eres mi mejor amigo. Más que eso, yo siempre te he considerado mi hermano, aunque no haya entre nosotros un vínculo de sangre. Eres mi único apoyo y perderte sería para mí como perder una parte de mi alma.

Tras un incómodo silencio que ninguno de los dos parecía dispuesto a romper, no pude evitar decirle:

— Si no fuera porque nunca he sido capaz de llorar, Tom, en estos momentos estaría haciéndolo a lágrima viva — repliqué, esbozando una lenta sonrisa, al tiempo que me levantaba de mi silla. No me importó que más de medio local se quedara mirándonos cuando lo abracé con fuerza. Aquella gente no entendía cuánto significaba aquel hombre para mí, ni lo cerca que había estado de perderlo —. Tú también eres como un hermano para mí, Tom. Tú y Victoria sois lo más importante en mi vida.

Un carraspeo muy poco elegante nos devolvió de golpe a la realidad.

— Chicos, si no os importa, preferiría que esas cosas las hicierais en la intimidad de vuestra casa, no en mi bar. Entiendo que sois jóvenes, y que os cuesta controlar vuestros impulsos sexuales, pero a estas horas todavía hay niños en el local.

Tom le respondió a Marty enseñándole el dedo corazón de su mano derecha, justo cuando deshicimos nuestro abrazo.

— Chicos, aquí os traigo vuestras bebidas — intervino entonces Anna, dejando nuestras consumiciones sobre la mesa con sumo cuidado, como si temiera que pudiera derramarse una gota sobre la mesa. 

— ¿Eso que veo ahí es una cerveza para Tommy? — inquirió Marty poniendo cara de malas pulgas. Tom soltó un “¡joder!” por lo bajo — Tráele mejor una coca-cola sin cafeína.

— De acuerdo — repuso Anna, asintiendo con la cabeza, antes de irse.

— ¡Marty, eres un cabrón!

— Y tú un inconsciente. La última vez que bebiste alcohol acabaste enamorándote de una mujer. ¿Quién sabe lo que eres capaz de hacer la próxima vez? Puede que incluso acabes tirándole los tejos a la vecina beata esa de vuestro edificio.
           
— ¡¿La señora Rose?! ¡Antes prefiero que me castren!
           
— Lo que tú digas, colega — contestó Marty, antes de regresar a la barra con una risueña Úrsula, que había presenciado toda la “discusión”.
           
— Este tío es imbécil… — dijo Tom, cuando nos quedamos solos de nuevo —. Pero bueno, nadie con ese color de pelo puede ser normal, así que…
           
— ¿Qué le pasa a su pelo?

Tommy me lanzó una rápida mirada, recorriendo con ella desde mi cabello rojizo, hasta el cuello de mi camisa. Después, volvió a fijar su vista en mis ojos.

— No, si ya lo sabía yo. Los raritos os defendéis entre vosotros.

Solté un suspiro hastiado. Empezaba a cansarme de que la gente siempre se metiera con mi pelo.

— Por cierto, Leo — dijo, después de darle un sorbo a su coca-cola adulterada —. Tengo algo que pedirte.

— No voy a casarme contigo. No me importa cuántas propiedades tengas ni cuánto digas amarme. Ambos sabemos que no funcionas en la cama.

Tom rodó los ojos, pero ignoró mi sarcasmo.

— Como sabes, Diana está pasando por un momento un tanto difícil en su casa. Su madre está cada vez más inestable y yo me preguntaba si…

— Te preguntabas si podría venirse a vivir con nosotros.

Tom se quedó mirándome unos segundos, perplejo, pero después asintió.

— No tiene a nadie más — se justificó.

— Por mí está bien, siempre y cuando nos ayude a pagar el alquiler y con las tareas de la casa.

Ahora se quedó aún más perplejo que antes.

— ¿De verdad que no te importa?

— ¿Por qué iba a importarme? Diana es tu novia, y el piso es tanto tuyo como mío. Si tú quieres que se venga a vivir con nosotros, por mí es perfecto. Y más aún, si la chica tiene problemas.

En esta ocasión fue Tom el que se echó a mis brazos, agradecido y emocionado a la vez. Pero igual que antes, alguien nos interrumpió.

— Buenas tardes, caballeros — nos saludó amablemente un hombre corpulento y trajeado, con la cabellera negra engominada y peinada hacia atrás, al tiempo que extendía su mano derecha hacia nosotros para que se la estrecháramos —. Mi nombre es Greg Vaughan y soy representante de la discográfica Devil Records. ¿Podría sentarme un rato con ustedes para hablar de negocios?


Angela
— Sabes, no puedo culparte por haber puesto a esa… chica en su sitio. Pero deberías calmar tus impulsos, Angela. Con un inestable violento en la familia ya tenemos bastante. ¿Qué habría dicho papá si estuviera aquí?

Tuve el impulso de decirle a mi hermano que Kurt no era en realidad mi padre, y que de todas formas, estaba muerto y por tanto ya no podía decir ni pensar nada, pero me contuve. No había necesidad de echar más leña al fuego.

Unos segundos después, Hans aparcó el coche frente a la entrada de mi casa y apagó el motor. A ninguno de los dos nos apetecía demasiado apearnos del vehículo pues sabíamos lo que nos esperaba al otro lado de la puerta. Iuta exigiría una explicación por lo que sucedido con Emma. Y yo iba a ser la que tendría que dársela.      

Pero zanjar el asunto resultó más sencillo de lo que yo pensaba. Aunque la situación no se desarrolló ni por asomo como cabría esperar…

— ¡¿Qué le habéis hecho a Emma?! — nos gritó enfurecida, en cuanto mi hermano y yo cruzamos el umbral de la puerta. Sostenía entre sus temblorosas manos el teléfono inalámbrico que habíamos comprado tan sólo unas semanas atrás — Marty me ha llamado hace un rato por teléfono para decirme que habían tenido que llevar a Emma al hospital con la nariz rota porque había tenido una pelea con Angela. De Hans podía esperármelo, pero de ti…     
           
— Iuta, por favor, cálmate — le rogó mi hermano, con una voz inusualmente calmada en él. Sin duda la muerte de mi padre le había afectado de forma radical en su antigua manera de ser —. Si supieras cómo han sucedido las cosas…

— ¡Te pone los cuernos, Iuta! Yo misma la vi con mis propios ojos besando a otra mujer, en la puerta del bar.
           
— ¡Eso no es cierto! — replicó, al tiempo que solitarias lágrimas comenzaban a descender por su rostro — No puede ser cierto, ella me quiero…
           
— ¡Johnny y yo la vimos con otra mujer, Iuta! ¡Reacciona! — grité, igualando su tono furioso. Estaba empezando a hartarme de que la gente a la que debería importarle me tomara por una tarada mentirosa.

— Emma no es como Johnny. No se tira a todo lo que se le pone por delante.
           
Aquella réplica, corrosiva como el peor de los ácidos, pronunciada por los labios de mi hermana, produjo el mismo efecto en mí, que si me hubiera enterrado una daga venenosa en lo más profundo de mi pecho. Igual de certera, igual de mortal.
           
— Iuta, te estás pasando — intervino entonces Hans, cuyo tono de voz estaba dejando a un lado la calma para tornarse tan frío y belicoso como antaño.
           
— ¡No he sido yo la que le ha roto la nariz a la pareja de mi hermana!
           
— Lo hice para defenderte, ¡maldita estúpida desagradecida! — grité a pleno pulmón, apretando los puños con fuerza. Si no entraba pronto en razón y seguía soltando sandeces por la boca, su nariz iba a terminar en el mismo estado que la de su “amada” pareja.
           
— Eres tú la que debería defenderse de alguien como Johnny — replicó, con la voz temblando por la furia contenida. Arrojó el teléfono sobre el sofá con rabia, antes de coger sus llaves y su monedero.
           
— ¿Adónde vas? — inquirió mi hermano con tono autoritario.
           
— A casa de Emma. Quizá ella pueda aclararme toda esta situación.
           
— Iuta, eres más idiota de lo que pensaba.

Aquéllas fueron las últimas palabras que le dije, antes de que cogiera la puerta y se marchara.

12 comentarios:

  1. La frase de Leo me ha matado: ¿Todavía no te has dado cuenta de que esa chica está loca por ti? No, si al final va a resultar que eres más tonto de lo que parecías
    jajajajajaja Es mortal xD Pero el resto de esa parte ha sido super emotiva, me ha encantado ^^
    Y luego Iuta es idiotaaaa! Encima que su pobre hermana la defiende la acusa de atacar sin motivos a su novia y ataca gratuitamente a su novio....
    En fin, chica, genial como siempre.
    Un besitoo (L)

    ResponderEliminar
  2. Woowowo La parte de Leo y Tommy ha sido absolutamente genialosa ^^ Si que necesitaban tener esa conversación desde hacia tiempo. Vuelven a ser los Leo y Tom de antes y eso mola. A demás lo de "no funcionamos en la cama" esa coña ha estado genial ^^
    Leo a sido muy comprensivo y luego al fin alguien importante se interesa por su grupo xD
    Tengo curiosidad, creo que aun no has dicho el nombre del grupo, puede ser? o no me acordare ._.
    En fin, sobre los alemanes... Iuta esta cegada por el amor, ya se dará cuenta de lo hija de puta que es Emma y me da lastima por que sufrirá mucho más y no se por que me da que acabara mal...

    Solo hay una manera de averiguarlo. Publica ^^

    ResponderEliminar
  3. ¡Vaya regalo que me has hecho!
    Ha estado INCREÍBLE, espero que luta se de cuenta por fin con la clase de persona que esta saliendo, que por cierto, hace mucho que ella no sale.
    Me ha encantado la conversación entre Leo y Tom (L)
    Espero el siguiente.


    Serela

    ResponderEliminar
  4. ¡Jo, me ha encantado! Sí, definitivamente Leo y Tom son inseparables... xD.
    Me ha encantado la conversación, y el final... ¡Una discográfica! ¡Qué chulo! ¿Se convertirán en famosos? Uuuh, qué misterio.
    Por otro lado, cada vez me cae peor Iuta. ¿Es que no se entera? Emma es tonta, y Angela la mejor. ¿Cómo es que no se da cuenta? Si es que de verdad, estas hermanas mayores...
    El siguiente, espero el graaaan piano... :)

    ResponderEliminar
  5. Me encanta :)
    Y todavía me encanta más Tom, es que es tan dnlvnflbvk *___*
    Sigue pronto :)

    ResponderEliminar
  6. Increíble, como siempre!
    Leo y Tom montándola, me encantan. Sobretodo lo de "sabemos que no funcionas en la cama" xD.
    Y, entonces...¡salto a la fama! Si es que el tío es de una discográfica, que supongo que sí ^^
    Iuta... sí, es idiota. Vale que quieras mucho a un ser como Emma, pero, ¡espabila!
    1beso :)

    ResponderEliminar
  7. La cosa está que arde, que bien que le hayan zurrado a Emma por cerda. El momento sincero entre Tom y Leo es genial, mola esos comentarios tan mordaces y coquetos. Y luego la conexión telefónica entre Victoria y su padre puaj, vaya tío pavo.

    ResponderEliminar
  8. La conversa de Leo y Tom junto con la interrupción le dan sinceridad a este capítulo, además su discurso son todas esas cosas que la gente se guarda en un cajón y no siempre sueltan de buena manera...
    En cuanto al final... Hay gente que no ve bien y gente que prefiere inconscientemente mirqr hacia otro lado...
    Me ha quedado un comentario profundo verdad? XD

    ResponderEliminar
  9. Me ha matado la conversación entre Tom y Leo hahaha tanto emotiva como divertida. Y cuando soltó lo de que no iba a casarse con él... buenisimo! :DD
    En cuanto a Iuta, si el amor es absolutamente ciego, pero debería hacerle caso a su hermana, en vez de tratar de hundirla... en fin... es lo que tiene estar enamorada.
    Quiero leer ya el próximo! ;D

    ResponderEliminar
  10. Por dios Lutaaaaaaa! Haz caso a tu hermanaa..¿cuándo la has visto reaccionar así? ¡Nunca! Pues por algo habrá sido, ¿no? uf!

    El intercambio que han tenido Leo y Tom la mayor parte me ha hecho gracia, no he podido aguntar alguna que otra carcajada.

    Aunque aún sigo dándole vueltas..Luta se ha comportado fatal con Angela..encima de que le defendió.

    Publica pronto :)
    Besitos <3

    ResponderEliminar
  11. Hola holita!!!! Bueno, me ha encantado como de costumbre y lo que más felíz me ha puesto ha sido que Leo haya aceptado que Diana se meta en casa XDD Eso puede traer problemasentre Leo y Vick, la convivencia es muy dura XDD Y lo de Emma y Ángela?? No entiendo por qué Iuta no cree a sus hermanos en vez de aferrarse a que Emma es fiel ¬¬ Por dios!! Si la única que ha hecho scrificios en la pareja desde el principio ha sido Iuta, Emma no ha hecho nada de nada.

    un besote enorme y aquí seguimos leyendo, con un desfase horario pero aquí estamos =D

    ResponderEliminar
  12. Ups, qe bonitos!! llevo tanto tiempo sin pasarme y lo primero qe encuentro cuando vuelvo es a Tom insinuándosele a Leo... jiji..NOO está genial, han qedado super cukis los hermanitos y en lo que concierne a Iuta... creo que no espabilará hasta qe no se dé de bruces contra la pared, si es qe me da pena y todo...
    Bueno, a todo esto, yo también espero qe a ti te valla super-gay-del-paragay-chachi-piruli la uni :P

    ResponderEliminar